Por Oscar Durán
La Habana.- La noticia es falsa. No se fabrica helado de marabú en Holguín. Muchos han mordido la noticia en la redes sociales, pero lamentablemente no es verdad. Hasta pusieron a Esteban Lazo inaugurando la fábrica. El pobre Lazo, tiene más memes que Snoop Dogg y ahora también lo cogen para esto.
Les voy a decir algo: la información debió ser verdad. Si eso llegara a suceder y la venta fuera un boom, los campos de Cuba empezarían a limpiarse de marabú porque hasta las Mipymes mandarían trabajadores a cortar palos. No interesa que el sabor sea un invento, si total, ya comimos picadillo de hojas de plátanos, carne de colcha de trapear y queso derretido de condones. Al menos el helado te cae frío en el estómago y refresca.
Por eso mismo digo que es lamentable la falta de veracidad de la noticia. Yo prefiero gozar con estos inventos y no estar echándome mentiras por el noticiero. ¿Ya vieron la cantidad de obras sociales que acaban de inaugurar por el 26? Más de la mitad no llegarán al 2025. Ya conocemos el paripé habitual de la dictadura y el desvío de recursos por parte de los obreros “asalariados”.
Miren a Sancti Spíritus, la gran merecedora de la sede por el 26 de julio. Acaban de reparar el hotel Zaza, una inversión de unos cuantos dólares, mientras el pueblo sigue esperando la canasta básica de hace dos meses y las calles de la provincia tienen 60 baches por cada siete habitantes.
“Ni los espirituanos ni los cubanos les fallaremos a la Revolución porque en nuestra tierra se habla de heroísmo y valentía y estamos convencidos de que sí se puede y que venceremos los obstáculos”, dijo hoy en el acto Deivy Pérez Martín, primera secretaria del Comité Provincial del Partido.
Los cubanos nunca le hemos fallado al régimen, son los gobernantes los que nos han fallado a nosotros. Si hoy corre por las redes sociales la existencia de una fábrica de helado de marabú es porque la desgracia es constante en el país y nada nos sorprende. Aquí no hay avances, o mejor dicho, lo único que avanza es la edad de Raúl Castro y la barriga de Marrero.
No tenemos derecho a nada por carneros, no me cansaré de repetirlo. Lo elemental es tener una alimentación adecuada y acceder a los productos sin ningún tipo de problemas. Pero no, la normalidad del cubano es un pan duro lleno piedras y tomar agua llenas de bacterias para que te enfermes y mueras en un hospital sin recursos.
Eso es lo que toca a los infelices de a pie. A los de la cúpula, no, por supuesto. Raúl Castro terminó su acto en Sancti Spíritus, cogió un avión y ya está en su casa comiendo masa frita de cerdo con una cervecita Cristal.
Y si se antoja de tomar helado, tendrá el mejor, cremoso y rico. De marabú, el menor de los Castro está harto y nadie le puede salir con el cuento de que en Mayarí se está produciendo helado de marabú. Y mucho menos de que Lazo inauguró la fábrica.
