CUBA, DONDE SIEMPRE HAY UN OJO…

LECTURASCUBA, DONDE SIEMPRE HAY UN OJO...
Por Laritza Camacho
La Habana.- Ese día estrené una saya larga de colores, me hice una trenza china, colgué mi mochila al hombro y usé generosamente mi mezcla de perfumes vence batallas.
Salí dispuesta a comerme el mundo y recorrí los pasillos de mi edificio hasta la puerta de la calle. Son pasillos oscuros, con paredes descascaradas que se enroscan, como caracol siniestro, de casa en casa. Todas las puertas y ventanas cerradas, silencio total, ni un reguetón, ni un suspiro.
Hice mis gestiones y me fue bien.
Ya de regreso pasé por casa de una amiga que me recibió muy entusiasmada.
-¡Yo sabía que tú ibas a venir! Estaba loca por ver tu saya. De verdad que está tan linda como me dijo tu vecina.
-Pero… yo no vi a nadie cuando salí.
-Bueno, Mija, pero a ti si te vió todo el mundo. En esta ciudad, las paredes tienen ojos y oídos.
-Debe ser…
Desde entonces, cuando salgo me despido en voz alta:
-Vecinos, me voy.
Cuando llego, igual:
-Vecinos estoy aquí, voy a plantar el tacho.
La gente viene, conversamos un poco y la pasamos bien. Siempre hay alguien que llega con retraso y se justifica ingenuamente:
-No te sentí llegar pero sentí el olor a café.
Yo se lo tiro a bonche enseguida:
-Me extraña que siendo araña, no sepas trepar pared.
Se huele, se escucha o se siente; pero nadie se escapa… En Cuba siempre hay un ojo que te ve.

Check out our other content

Check out other tags:

Most Popular Articles

Verified by MonsterInsights