Por Mauricio de Miranda ()
Cali.- Son muchas las revoluciones, casi todas para no pecar de absoluto, que han sido traicionadas.
Una de ellas ha sido la nicaragüense. De revolución popular pasó a uno de los más abyectos y represivos regímenes autocráticos y totalitarios de América Latina.
En 1979 fue la esperanza de una inmensa mayoría de su pueblo y de América Latina para convertirse en un régimen decrépito que solo se sostiene por la corrupción, el nepotismo y la fuerza militar y policial.
Como en casi todas las revoluciones, Saturno se comió a sus hijos.
Sugiero la visualización de este documental de Deutsche Welle realizado en honor a varios jóvenes germano-occidentales muertos por la «contra», cuando miles de jóvenes europeos, llenos de idealismo, fueron al país centroamericano a construir escuelas, hospitales y centros infantiles y hoy se enfrentan a la dura realidad que se vive por un régimen que compite en monstruosidad con el de los Somoza.
Algunos de estos jóvenes, ya personas rozando o superando los setenta años participan con sus experiencias en este documental (incluso algunos participaron en la gesta revolucionaria contra el régimen somocista) en el que también colaboran la destacada revolucionaria y comandante guerrillera Dora María Téllez, la escritora Gioconda Belli, el periodista Carlos Fernando Chamorro y el músico Luis Enrique Mejía Godoy, junto a la líder campesina Francisca Ramírez, entre otros.
