Por Juan Carlos Reyes (CUba, Historias no contadas)
La Habana.- La destitución de Carlos Manuel de Céspedes como presidente de la República en Armas, es uno de los acontecimientos menos estudiados en nuestra historia.
El 27 de octubre de 1873 con la presencia de tan sólo siete de los 15 miembros de la asamblea, y con cinco votos a favor se decidió cesar de sus funciones a Céspedes, después de trascurrir solo cinco años de gestión.
El caudillismo fue un fenómeno muy presente y que resultó letal para el desarrollo de la gesta, asi como la presencia del nefasto nepotismo, uno de sus errores más visibles durante los primeros años de su mandato.
Las discrepancias entre las principales figuras de la gesta terminaron por detonar el cisma que se había creado tiempo atrás y figuras relevantes de la guerra, como Tómas Estrada Palma, Calixto Garcia, Modesto Diaz, Vicente García y Manuel Calvar apoyaron la sustitución. La gesta siguió su curso esta vez de la mano de Salvador Cisneros Betancourt, pero nunca más se pudieron erradicar las divisiones internas y el regionalismo que al final le pasaron factura a la Guerra de los Diez Años.
Céspedes, como es conocido se retiró solo y sin apoyo, después de que se le negara la salida del país, encontrando la muerte en la finca San Lorenzo, en la Sierra Maestra, aunque las circunstancias de su muerte aún no han sido esclarecidas por los historiadores, pero siempre ha estado presente el fantasma de la traición como posible móvil de su muerte.
