NELSON MANDELA: UN DÍA QUE DEBERÍA SER SAGRADO

SUGERENCIAS DEL REDACTOR JEFENELSON MANDELA: UN DÍA QUE DEBERÍA SER SAGRADO

Por Javier Bobadilla ()

La Habana.- El 18 de julio de 1918 nació Mandela, llamándose Rolihlahla, nieto del rey Ngubengcuka, pero sin derecho al trono. En Sudáfrica, donde los nombres son muy diferentes y muy complicados, lo bautizaron Nelson, en una iglesia metodista, a los siete años, pero la mayoría se refiere a él como Madiba, que era el nombre de su clan.

Rolihlahla significa «alborotador», en lenguaje Xhosa.

Y sí, era complicado. En Sudáfrica, los negros -que eran abrumadora mayoría- no podían votar en las elecciones y mucho menos participar en el gobierno, y nadie, absolutamente nadie de ningún color, podía cuestionar esto. Era parte de la ley. Además, la vida tradicional de África estaba muy cercana al comunismo, y Mandela era comunista. Era como ponerle una cereza al helado, porque todo lo que se opusiera al apartheid, el gobierno lo clasificaba como comunismo. Era un camino fácil para culpar a cualquiera de cualquier cosa, sin tener que dar una razón específica.

La vida de Nelson Mandela en fotos: entre la lucha, la cárcel y el amor - BBC News MundoMandela, por su parte, primero fue nacionalista, pero con el tiempo se pasó al comunismo. También empezó con un enfoque muy a lo Mahatma Gandhi, y por ahí por el 1955 decidió que Mahatma Gandhi no sabía nada de la vida, y que sin acción violenta no había solución.

Con la acción violenta pasaba lo mismo que con el comunismo. Si tú me aplastas con todo el peso de una dictadura, es preservación de la Paz, de la Seguridad Nacional y del Orden Constitucional. Aunque tu constitución diga que yo no tengo derechos en mi pais. Si yo respondo a tu violencia, mi defensa es terrorismo.

Mandela no llegó a tirar el primer tiro. Delatado por la CIA, fue capturado, juzgado, y preso por sabotaje y conspiración para deponer violentamente al gobierno. La fiscalía pedía pena de muerte. El juez le dio cadena perpetua.

Estuvo preso desde el 5 de agosto del 1962 en que fue capturado, hasta el 11 de febrero del 1990. 28 años y medio. Sin un cardenal que le resolviera precipitadamente una salida para España, ni un Encargado de Negocios que le diera una visa para EEUU.

Fueron 28 años y medio de saber que Sudáfrica era la única meta, el único destino. Preso desde los 44 años hasta los 72.

Mandela creció en la cárcel. Creció y la destruyó desde dentro. Creció hasta que ninguna cárcel del mundo podía contenerlo. Lavó todos los pecados cometidos y por cometer. Y sonreía. Cuando los demás hablaban de violencia y venganza, Mandela sonreía como si nunca hubiera tenido un enemigo.

Muere De Klerk, último presidente del apartheid sudafricano | AP NewsLo criticaron por todo. Por dialogar con la dictadura, por querer la paz, por perdonar. Mandela entendía una cosa que nadie más podía, y no necesitaba explicarla. Ya era un santo, y estaba de más explicar por qué salía luz de él. Presidentes, reyes y países que un día lo tildaron de terrorista después lo condecoraron. Aceptó todas las medallas, desde la de Fidel y la de Gaddafi hasta la de Isabel II. Pasó entre la mierda y la pudrición de la política como una espada por el agua, y en un sólo término presidencial entregó un país pobre, pero libre y armonioso, una Nación Arcoiris en paz consigo misma y con el mundo.

Luis Manuel Otero Alcántara entre las cien personalidades más influyentes según la revista 'Time'Hoy es un día sagrado para honrar a los que entre nosotros han tenido el valor de defender sus derechos, aunque eso les cueste la cárcel. A Luis Manuel, porque sigue ahí. A Alina Bárbara, porque todos los días 18 se arriesga a la prisión y al abuso físico y moral. A los presos del 11J, por gritar Libertad. Si no te duele la tortura y la opresión de tu hermano, nadie te lo puede explicar.

A todos -valientes y cobardes-, Mandela nos mira desde algún lugar del Ubuntu, y confiado, sonríe.

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