Por Laritza Camacho
La Habana.- Se han puesto a pensar… ¿Por qué, sin haberlos visto nunca, nombres como Chicharito y Sopeira, Clavelito, Bigote ‘e gato, el Congo y sus famosas butifarras, Mamacuza alambrito, Pototo y Filomeno, El negrito, El gallego, La mulata…siguen vivos?
Monte no es Máximo Gómez en el habla popular, tampoco La Covadonga es Salvador Allende…el mejor café sigue siendo fuerte y amargo para los cubanos aunque el que ahora «toca» no pueda ni tomarse. La caña sigue cortándose en tres trozos aunque hayan desaparecido los centrales e igual, cuando se escucha a Celia Cruz con su ¡Azúcar!, asumimos que eso es Cuba aunque el azúcar esté perdida de nuestra mesa y todo lo lejano lo veamos tan cerca como al cantío de un gallo…
¿El mejor desayuno? Café con leche con su pizca de sal y pan con mantequilla. Así te puede contestar un niño cubano de 6 años que no ha visto juntos esos productos en su vida y tal vez no haya alcanzado a probarlos ni separados…pero los padres hablan, los abuelos hablan…la cubanía es una voz que sale de la tierra o de la sangre (de la derramada en combate y de la que hierve en las venas ante el absurdo y la desidia)…
Mi madre tenía la marca de una herida en su mano de un dedo que se llevó con el cuchillo en una emoción beisbolera, ganando el Almendares; y esa historia, su historia, pasó a ser mía…
Nunca he visto unas verdaderas navidades, pero mi tía no botó los adornos de su arbolito…¿12 uvas a las 12 de la medianoche el 31 de diciembre? ¡Jamás! pero año tras año mi tía contaba la tradición y había que hacerla, aunque fuera con 12 buches de agua porque eso era prosperidad para año nuevo…De esta parte, tal vez me digas que es una costumbre importada…es verdad, pero ¿recuerdan que Cuba, forma parte del mundo?…
Por otro lado el congrí, cerdo, yuca con mojo, ensalada de tomate y lechuga y buñuelos en almíbar…que son costumbre cubanísima ¿Dónde lo encuentras si no sales al ancho mundo?
Quitar una tradición de golpe, obligada y de forma absurda no funciona. Bueno, nada absurdo y obligado funciona…al menos, no funciona bien.
Cada censura, cada pedazo de historia que se reprime o se cuenta a medias, va generando pura energía negativa, irrespeto, locura y contradicciones…
Cuba no empezó a ser Cuba en el 59 ¡por favor!
No voy a contestarle a los que digan que, en realidad, Cuba empezó a dejar de serlo a partir del 59 y no por miedo al debate, sino porque eso llevaría otros análisis y otras publicaciones.
Por supuesto, algunas tradiciones se rescatan como el prohibido juego de golf ( cosa de niños ricos) que de pronto, hace unos añitos, nos dio un campeón como el proletario Antonio Castro.
Por otra parte, los niños juegan cada vez menos béisbol y más fútbol en las calles…lo del fútbol no me preocupa, siempre hay espacios para lo nuevo y atractivo…¡Felicidades a España por alzarse con la Eurocopa!…pero Cuba pierde cada vez mas espacios beisboleros en el mundo y eso me saca por techo.
No estoy en contra de las nuevas cosas que llegan para enriquecer las costumbres y se convierten en tradiciones; pero algunas prácticas me llenan de horror como la ya tradicional regata » En balsa a la Florida» o las malas palabras que pululan como la «inclusiva» pinga que pega con to’ como el zapato negro…
Peor resulta ver que la primera frase de los cubanos que llegan a EE.UU sean «familia, pronto les recargo el celular»…Coño ¿Es esto Cuba? ¿De verdad?
Perdonen mi «lata» de hoy, pero sigo siendo de esas que, sin pelos en la lengua, donde se cae el burro, le doy palos…y ya no veo las santas horas de que se caiga el burro…
