Por Oscar Durán
La Habana.- En medio de la salida por seis días de la termoeléctrica Antonio Guiteras y todo el desastre acumulado en Cuba, el intento de asesinato a Donald Trump le ha venido de maravillas a la dictadura castrista. Y el cubano, que le gusta el chisme como el toro al trapo, ya se olvidó de los apagones y anda gastando megas en los videos de las redes sobre lo ocurrido hoy con Trump.
El primero en salir de la comparsa castrista fue Miguel Díaz-Canel con su imagen de pacífico y tipo bueno. «Como víctimas de atentados y terrorismo durante 65 años, Cuba ratifica su posición histórica de condena a toda forma de violencia. El negocio de las armas y la escalada de violencia política en EEUU propician incidentes como el que ha tenido lugar este sábado en ese país».
El cinismo de Limonardo está en los niveles acostumbrados. El Puesto a Dedo “lamenta” lo de Donald Trump, pero deja bien claro que siempre Cuba ha sido víctima del terrorismo por parte de los Estados Unidos.
Este tipo es un miserable, definitivamente. Aprovechándose del momento para volver con el discurso aburrido de siempre. Menos mal que nadie le hace caso, solo es carne de meme. Entre Canel y Maduro, no se sabe quién es más cómico.
Uno está harto de estar viviendo del pasado. ¿Ya se preguntaron si Trump hubiese muerto en ese mitin? ¿Cómo se imaginan el Twitter de Canel, a ver? “Lamentamos la muerte de Donald Trump, pero recordamos todas las víctimas cubanas del terrorismo en estos 65 años”. Más o menos iría por ahí el nivel de miseria verbal del esposo del Machi.
Por cierto, al castrismo le hubiese convenido la muerte del expresidente estadounidense. Se deben estar mordiendo los dientes. Si Biden, antes de hoy, la tenía fea para seguir en la Casa Blanca, ahora la tiene gris y con pespuntes negros. Es más, cubanos de bien, vayan preparándose psicológicamente desde ahora porque dicen por ahí que Marco Rubio será el compañero de fórmula de Trump. De suceder eso, acopien desde ahora hojas de plátanos para la segunda etapa del picadillo asesino.
En eso se debe enfocar el régimen, en salir de la miseria y no estar con la misma pamplina de siempre haciéndose la víctima. Trump ni siquiera le agradecerá a Canel la “amabilidad” de su twitter. Sin embargo, aquí, en esta isla mugrienta, hay millones de infelices esperando porque nuestro “presidente” saque en sus redes sociales que no habrá más apagones en Cuba y la prosperidad del cubano será visible de un extremo a otro.
Eso sí lo agradeceríamos. Lo demás es cuento chino.
