Por Ernesto Ramón Domenech Espinosa ()
Toronto.- Hace dos años me lesioné la rodilla derecha, tuve que renunciar a las caminatas, a correr en las tardes libres y al grupo con el que jugaba fútbol cada semana en verano y otoño. Me he recuperado con ejercicios dolorosos y unas libras de menos.
He mantenido el contacto con el grupo que solía jugar fútbol, se mantienen a pesar de algunas bajas. Me llamaron, me invitaron a reincorporarme a esas tardes de balonazos y carreras, me he estado preparando, trotando y tratando de recuperar la movilidad. Se juegan los jueves en las tardes, y yo con la ilusión de un muchacho.
El jueves estuvo lloviendo todo el día y no se pudo hacer nada. Se pasó para el viernes.
Pero ayer viernes fue 11 de julio, fecha especial para los Cubanos Anticastristas de todo el mundo, y tenía otro compromiso. Y allí estuve, con los amigos de siempre, diciendo No al Castro Fascismo, pidiendo la Libertad para Todos los Presos Políticos de Cuba.
Me sigue gustando el fútbol, sigo siendo fan a Alemania, a veces me enredo en discusiones inútiles por el tema, y me volveré a poner el short y los tenis para patear balones. No he perdido el vicio de la lectura, y siempre que «sobra» algo en el bolsillo me voy a las librerías de la ciudad. El Rock nunca dejará de animar mis buenos y malos momentos, se renueva el entusiasmo cada vez que escucho algún tema de Led Zeppelin, Queen, Kansas, Rush, Iron Maiden, Janis Joplin, Scorpions, Metallica, Guns & Roses, Hendrix, Aguas Claras, Triana o Grand Funk.
Pero algo cambió hace años. Como en la división y la resta, ahora, el orden de los factores sí altera el producto. Sin dejar la pasión por los libros, el fútbol y los discos de rock, van primeros en la lista: las relaciones humanas, el contacto con la familia y los amigos, la suerte de Cuba y su gente.
Hacer algo, lo que sea, para poner fin al hambre, lmMentira y la represión que sufre todo un pueblo es la prioridad, o al menos, mi rrioridad.
