Por Joel Fonte ()
La Habana.- El remolcador 13 de marzo era una embarcación cubana de pequeño tamaño, que fue desviada por su capitán con la intensión de pedir asilo en los Estados Unidos.
De los pasajeros, 72 en total, que también huian de la isla, más de la mitad perdieron la vida; 41, entre ellos 10 niños, tras ser embestidos por cuatro barcos que envió el régimen para perseguirlos en esa madrugada de 13 de julio del 1994.
A unas siete millas de la bahía de la Habana, los tripulantes de los barcos comenzaron a lanzar poderosos chorros de agua sobre los indefensos pasajeros, muchos de los cuales cayeron al agua y murieron ahogados.
Por más de una semana, el dictador Fidel Castro ocultó los hechos a pesar de su enorme repercusión internacional.
Luego, reconoció como héroes a los asesinos que protagonizaron la matanza.
Fue el preludio del 5 de agosto siguiente, de los sucesos que pasaron a la historia como «El Maleconazo».
Basta de manipulación y mentiras. No más temor. Basta de tolerar injusticias. No más dictadura en Cuba.
