LOS CUBANOS, LA POLÍTICA Y LOS SÍMBOLOS QUE LES ROBÓ EL GOBIERNO

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Tomado de las redes

La Habana.- Alguien a quien admiro profundamente por su talento y condición humana, me decía ayer «nos han hecho creer que los símbolos patrios son el gobierno y pertenecen a ellos y que inmediatamente que empiezas a tener controversia con el poder, pues empiezas a negar también esos símbolos y pierden valor para ti… sobre todo pasa en los más jóvenes que cada vez tienen más desarraigo».

Esas fueron, poco más o menos, sus palabras… y aquí tengo esta tristeza infinita mía que no se quita.

Ahora hablan de ciudadanía, como si en algún momento de estos 65 años, alguien de esta isla hubiera sido ciudadano.

¿Qué significa ser ciudadano?

¿Qué significa tener deberes y derechos?

Los cubanos en tropel corren de gestión en gestión para hacerse ciudadanos españoles.

Los cubanos celebran el estatus de la ciudadanía estadounidense en una ceremonia que veo hermosa y sobre todo inteligente. Las personas que optan por esa ciudadanía tienen que estudiar la historia y la cultura del país que los acoge y se aprenden el himno en el idioma que lleva y se retratan con la bandera y se visten con sus mejores galas.

Yo conozco cubanos regados por el mundo que pertenecen a todas las ideologías posibles. Me río a veces, cuando encuentro algunos de extrema izquierda que son activistas políticos en los países donde viven. Escogen, discuten, tienen voz, voto. No son una cifra unánime que decide otro y aprenden a respetar a la mayoría sin hacer actos de repudio a las minorías que no alcanzan el poder.

Me llegan historias de respeto no sólo a símbolos patrios, también aprenden a respetar los árboles, la fauna, no fuman en espacios privados, no gritan, no ponen la música para herir al vecino, no botan basura fuera de los cestos y son consecuentes con sus impuestos que pagan puntualmente.

Detrás de cada una de esas historias hay leyes, por supuesto. Leyes que educan, que tienen un porqué. También hay cestos de basura, autorizaciones establecidas y los contribuyentes saben a qué obra pública fue a parar su dinero.

Los cubanos en el mundo son ciudadanos de derecha, de izquierda, de centro o ambidiestros. Los cubanos en Cuba somos ciudadanos mancos. Y para colmo, ahora, desde el poder, alguien podrá decidir «a discreción» si podemos seguir siendo o no ciudadanos de la Patria que nos vio nacer.