or Jorge Sotero ()
La Habana.- En el ministerio de Salud Pública ya no pueden esconder más la pelota con el auge del virus del Oropouche y no tuvo más remedio que emitir una comunicación en la noche del lunes, alertando a la población, e insistiendo en que no es mortal
Dejaron caer algo del dengue y sí dijeron que puede llegar a formas graves y provocar la muerte, pero eso fue más abajo, en el extenso comunicado preparado a la carrera por el doctor Francisco Durán, en compañía de la doctora Georgina Pérez, la jefa de prensa de la institución, aunque no se publicó hasta que no dieron el visto bueno el departamento Ideológico del Comité Central, el primer ministro, Manuel Marrero, y el presidente Miguel Díaz-Canel y su consejo asesor.
Están asustados con el auge del Oropouche y aunque ellos lo circunscriben a unas provincias, lo cierto es que ya está disperso por todo el país, porque las condiciones para que lo mosquitos los transmitan están más que creadas: agua y basura por doquier. Agua de lluvia y albañales, basureros desbordados, por donde hace muchos días no pasan los carros recolectores. Todo un desastre.
El que lee la nota del ministerio de Salud se da cuenta de varias cosas, entre ellas que advierten de que no hay tratamiento establecido contra el Oropouche, que puede ser verdad, pero las fiebres, las diarreas y los otros efectos colaterales se combaten con algo, y no solo con líquidos -sobre todo agua- como le dicen los médicos a los pacientes que acuden a los centros médicos.
-Qué tome mucha agua, mamá -le dijo un médico a una madre, cuyo niño tenía todos los síntomas de Oropouche, entre ellos unas diarreas que lo tenían a punto de la deshidratación y que acudió al hospital de Jaguey Grande, en la provincia de Matanzas.
-¿Y no se le puede poner un suerito, doctor? -le respondió la madre.
-No tenemos sueros. Intente rehidratarlo con sales. Tiene que conseguirla con la familia o amigos, porque en la farmacia no hay -le respondió el galeno, quien agregó: -solo hay sueros, y en pequeñas cantidades, para los ingresados.
En su nota, sin embargo, el ministerio de Salud alertó sobre algo. “En este contexto, y para evaluar la situación epidemiológica y la preparación y organización de los territorios ante las desafiantes complejidades, los principales directivos del MINSAP realizan un recorrido por todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud”.
De pronto, los viceministros, jefes de diferentes áreas y cuantos funcionarios estén disponibles, incluidos Durán y Georgina Pérez, serán enviados a las provincias, a gastar gasolina, en alojamiento y atenciones para nada. Porque la palabrita «recorrido» es lo único que hacen los comunistas desde hace muchos años sin resultado alguno.
Cada semana, Miguel Díaz-Canel y una comitiva enorme se montan en un avión o en sus carros, -incluso en las dos cosas- y se van a recorrer regiones. Pueden estar hoy en Majibacoa, mañana en Placetas y el viernes el Imías. Van, caminan por los lugares a donde los llevan las autoridades del lugar, ven un par de proyectos que nada aportan a la macroeconomía, dicen un par de discursos, escuchan otros de algún dirigente local que sueña con ascender y entonces se enardece, como pasó hace poco en Las Tunas, y luego regresan a sus casas.
El que grabó, el que tomo los apuntes, lo borra todo y al otro día la vida sigue igual. Porque así no se dirige un país. Un país se dirige desde una oficina, trazando estrategias, creando oportunidades, trabajando en proyectos macro, pensando en todos y no fingiendo un roce con el pueblo que nada resuelve y nada aporta, a no ser una eyaculación mental cuando una anciana te diga en Río Cauto que se eriza.
Y con lo de Salud Pública es más de lo mismo. Irán esos directivos del ministerio a los municipios, se reunirán con los directores municipales, con los de Higiene y Epidemiología e insistirán en que hay que combatir el mosquito, como si eso fuera una campaña como la que lleva la Seguridad del Estado con todo el que cree que prepara algo contra el gobierno y no contra el que cree que no simpatiza, porque tuviera que velar a ocho millones.
Los recorridos, los sermones, las directivas de Salud no sirven para nada. El sistema de Salud necesita inversiones, en infraestructura, en medicamentos, en equipos, pero para esos no hay dinero. Para dar rueda por todo el país sí hay.
Los cubanos comunes tienen que saber que si no tienen sueros, medicamentos, incluyendo antibióticos, incluso material quirúrgico guardado, en cualquier momento se les puede morir un familiar. Porque, de hecho, esas cosas han sucedido, porque, por no haber, Salud Pública no tiene nada.
