Por Ulises Toirac ()
La Habana.- El canciller de Mongolia ofreció una rueda de prensa que comenzó con una declaración: «Anoche nuestro presidente ordenó hacer un submarino de propulsión nuclear y esta mañana está saliendo para el Caribe».
A continuación comenzó a hacer un bosquejo de antecedentes de esta declaración: «A nosotros siempre nos tiran a mondongo. No salimos en ninguna noticia, nadie habla de nosotros. Mongolia es un gran país. ¡Nosotros podemos implementar una inflación, pa’ que lo sepan! ¡Aquí si nos da la gana ponemos una libreta de abastecimiento o provocamos un huracán con inundaciones!… Tenemos la tecnología, tenemos los especialistas, tenemos la manera… Y ya nos llenaron la cachimba.»
Se notaba sereno pero airado, seguro pero aguantao. El canciller tenía las venas de la frente botás pa afuera pero los ojos destilaban una ternura calma infinita. «¿Cómo coño hace eso?» – era la pregunta que se hacían entre los reporteros de todo el mundo el mundo, reunidos para la primera conferencia de prensa que convoca Mongolia en 70 años.
A una pregunta del periodista de Superburguer Times el canciller respondió: «Vimos que los rusos penetraron su submarino por arriba, en La Habana y los americanos dijeron que era normal, a los dos días los americanos le metieron otro submarino a Cuba por atrás, por Guantánamo, y nadie protestó a pesar de lo conflictivo del lugar… y nos dijimos: estos cabrones están armando algo divertido y no quieren darle la bola a nadie, vamos a meter uno por abajo por Cienfuegos».
Rápidamente el jornalista de Matroskaia Svezdá preguntó: «¿Les gustan las orgías?»
«No importa lo que hablen, lo importante es que hablen» aseguró el canciller, cerró su carpeta y se retiró del recinto bailando y cantando «el negro está cocinando…»
«No importa lo que hablen, lo importante es que hablen» aseguró el canciller, cerró su carpeta y se retiró del recinto bailando y cantando «el negro está cocinando…»
