Por José Walter Mondelo
La Habana.- Se cumplen hoy 88 años de la muerte del gran escritor, pensador y periodista inglés Gilbert Keith Chesterton. Célebre por sus relatos detectivescos, cuyo héroe, el Padre Brown, es un curita regordete con un conocimiento profundo de la sicología humana, Chesterton también escribió profundos ensayos y eruditas biografías, y entabló ardientes polémicas con su amigo y rival George Bernard Shaw. Aquí algunas de sus frases más recordadas, que demuestran fehacientemente lo acertado del título que le otorgaron los críticos ingleses: «Príncipe de las paradojas».
– La aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo.
– En todo aquello que vale la pena de tener, incluso en el placer, hay un punto de dolor o de tedio que ha de ser sobrevivido para que el placer pueda revivir y resistir.
– El optimista cree en los demás y el pesimista sólo cree en sí mismo.
– Admiramos las cosas por motivos, pero las amamos sin motivos.
– ¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.
– Todos los educadores son inevitablemente dogmáticos y autoritarios. No puede existir la educación libre, porque si dejáis a un niño libre no le educaréis.
– Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción.
– Si de verdad vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo a toda costa.
– Puedo creer lo imposible pero no lo improbable.
– Muchos críticos de hoy han pasado de la premisa de que una obra maestra puede ser impopular, a la premisa de que si no es impopular no puede ser una obra maestra.
– Los iconoclastas hicieron muchas más estatuas de las que destruyeron.
– Las verdades se convierten en dogmas desde el momento en que comienzan a ser discutidas.
– El fin de tener una mente abierta, como el de una boca abierta, es llenarla con algo valioso.
– No puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la democracia para hacer una revolución.
– Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina.
– La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.
– Bebed porque sois felices, pero nunca porque seáis desgraciados.
– La iglesia nos pide que al entrar en ella nos quitemos el sombrero, no la cabeza.
– La idea que no trata de convertirse en palabra es una mala idea, y la palabra que no trata de convertirse en acción es una mala palabra.
– Las cosas muertas pueden ser arrastradas por la corriente, sólo algo vivo puede ir contracorriente.
– No hay cosas sin interés. Tan sólo personas incapaces de interesarse.
– Optimista es el que os mira a los ojos, pesimista, el que os mira a los pies.
– El sabio es quien quiere asomar su cabeza al cielo; y el loco es quien quiere meter el cielo en su cabeza.
– Yo he conocido muchos matrimonios felices, pero ni uno solo compatible. Toda la mira del matrimonio es combatir durante el instante en que la incompatibilidad se hace indiscutible y sobrevivirlo.
– Desear la acción es desear una limitación. En este sentido todo acto es un sacrificio. Al escoger una cosa rechazamos necesariamente algunas otras.
– La idea que no trata de convertirse en palabras es una mala idea; la palabra que no trata de convertirse en acción es, a su vez, una mala palabra.
– Podría mantener que dar las gracias es la forma más elevada del pensamiento, y que la gratitud es la felicidad multiplicada por la capacidad del asombro.
– A nuestros amigos y enemigos los buscamos nosotros mismos, pero Dios nos da nuestros vecinos.
-Es difícil dar una definición de la lealtad, pero quizás nos acercaremos a ella si la llamamos el sentimiento que nos guía en presencia de una obligación no definida.
– La Biblia nos enseña a amar al prójimo y a amar a nuestros enemigos: probablemente porque se trata de la misma gente.
– Los que se revolvieron contra las primeras invasiones de la maquinaria industrial tenían razón: quizá no en pensar que reducirían el número de trabajadores, pero si en pensar que reducirían el número de los dueños.
-Es un gran hombre el que hace que cada hombre se sienta pequeño. Pero realmente, el único gran hombre es el que hace que cada hombre se sienta grande.
– La sumisión a un débil, es disciplina; la sumisión a un hombre fuerte, es sólo servilismo.
– El ahorro es poético, porque es creador; el derroche no es poético, porque es destructor.
– De vez en cuando, como todos sabemos, aparece una secta por ahí anunciando que el fin del mundo está muy próximo. Por lo general, debido a alguna ligera confusión o error de cálculo, es la secta la que se acaba antes.
– Los cuentos de hadas son más que reales; no porque les enseñen a los niños que existen los dragones, sino porque les enseñan que se puede derrotar a los dragones.
