Por Adalixis Almaguer ()
Miami.- Nunca he sido buena en los deportes. Ni cuando era una calandraca flacuchenta y chiquita.
En la escuela, el resto de las asignaturas se me daba fácil pero recuerdo que para pasar la prueba de eficiencia física de 5to grado, Andrés Aguilera (fue él y no Ariel Almaguer que fue mi maestro aunque no sé por qué) al hacer las planchas yo bajaba y ya no podía subir y él me agarraba por la trabilla del short y me halaba hacia arriba hasta que completé el mínimo requerido, según el estándard.
Sin su ayuda aún estuviese repitiendo el grado.
Siempre fue así. Sigue siendo así. Aleyda Lago, mi my friend, puede dar fe de los atoros en los bootcamps que como parte de los programas de bienestar hemos pasado juntas en la compañía para la que trabajamos.
Por eso llegar a la meta -aunque con el cansancio en la cara- es tan dulce, tan placentero, tan grato!
Si yo, la somáticamente inepta, pude caminar por tantos días los seis mil pasos, Cuba tú puedes ser libre. Todo está en que nos lo propongamos.
