Tomado de Muy Interesante
Para los mamíferos marinos vivir en el agua presenta diversas dificultades, entre ellas alimentar a sus bebés que requieren grandes cantidades de leche.
México DF.- Según mi querida madre, viajar con infantes puede ser una experiencia bastante estresante, no solo es que corran para todos lados sin poder contener su emoción – especialmente si es un lugar nuevo -, sino que además preguntan sin cesar.
¿Dónde viven las ballenas?, ¿que comen?, ¿de qué tamaño son?, ¿qué comen los bebés?, etcétera. Mamá y papá respondían lo mejor que podían, pero en esta última pregunta el padre, pensando que sabía la respuesta correcta, le dijo a su hija que, así como ella, comían lo mismo que sus papás.
La crianza de una ballena bebé es un período difícil para su madre.drewsulockcreations /iStock
El capitán que había estado escuchando con atención a la pequeña sonrió un poco y lo corrigió, “pequeña, como cualquier bebé, las ballenitas también toman leche de su madre”.
El padre, un poco sorprendido, preguntó que cómo era posible, si estaban en el agua y además eran…, pero se interrumpió y prefirió dejar al capitán seguir su explicación, quien ahora tenía la atención de propios y extraños.
¿Cómo amamanta una ballena?
Cada mamífero amamanta de acuerdo a sus capacidades, los humanos y demás primates podemos succionar la leche de los pechos de nuestras madres, mientras que otras especies lo hacen estimulando la secreción de leche golpeando o restregándose cerca de los pezones.
Si has visto un becerro comiendo te queda la duda de si le duele a la madre que le den esos cabezazos para que dé leche.daschorsch /Pixabay
Por ejemplo, sabemos que los becerros golpean las ubres de las vacas con su cabeza para estimular la secreción de leche, para después lamerla conforme va saliendo. Algo semejante hacen perros y gatos, que no succionan la leche, sino la lamen.
Sin embargo, ¿recuerdas alguna vez haber visto a una ballena con ubres? Claro que no, después de todo, la evolución ha favorecido cuerpos hidrodinámicos en los mamíferos marinos.
En el caso de ballenas y delfines, animales completamente adaptados a la vida acuática, las glándulas mamarias se encuentran en una zona conocida como pliegue mamario. Los bebés estimulan esta zona al restregarse contra ella, provocando que el pezón sobresalga y expulse la leche.
En algunas especies los bebés pueden enrollar su lengua de forma que encaminan la leche hacia su boca, mientras que en otras la leche queda suspendida en el agua marina, de donde los bebés la toman.
Las bebés pueden tomar decenas de litros de leche al día, ganando peso rápidamente.Mike Korostelev
Algo que diferencia la leche de las ballenas es que está mucho más concentrada de grasa. Esto tiene una doble función, ya que no solamente evita que se diluya en el agua marina, sino que además permite a los bebés crecer más rápido y desarrollar reservorios de grasa que serán indispensables para sobrevivir a las regiones más frías a las cuales pronto tendrá que migrar.
Los sacrificios de una madre ballena
La lactancia es una etapa muy difícil para cualquier mamífero, ya que las madres deben velar tanto por el bienestar de sus crías como por el propio y en condiciones extremas las crías pueden ser abandonadas si el riesgo que suponen para la madre es mucho.
En el caso de las ballenas migratorias, la época en la que bajan a aguas más cálidas para aparearse o dar a luz, es durante un gran ayuno que dura meses, hasta que pueden regresar a las frías aguas del norte donde volverán a alimentarse.
Es decir, mientras su bebé está siendo alimentado de nutritiva leche con un alto contenido graso su madre ni siquiera está comiendo. Por ello es tan importante que los bebés se desarrollen rápidamente y consigan reservas grasas que los ayuden a aguantar el frío.
Apúrele a crecer, mija, que ya me está rugiendo la panza.7inchs /Pexels
Una vez terminada la explicación y que los tripulantes, maravillados de haber conseguido esta perlita de conocimiento, ya se habían puesto salvavidas mientras se preparaban para subir a la embarcación, el capitán recordó la importancia de no hacer ruidos que molestaran a las madres y a los bebés.
Pero el padre de la pequeña preguntona seguía intrigado, inconforme incluso. No estando seguro del todo si hacer la pregunta o no, prefirió no quedarse con la duda, “oiga, ¿pero que no las ballenas son como peces? Ahí está el tiburón ballena por ejemplo.”
Antes que el capitán pudiera desmentir esta creencia errónea que prevalece en mucha gente, su hija se volteó con una carita que cuando menos era de desaprobación y le dijo, “papá, te acaban de explicar que los bebés toman leche como nosotros, ¿has visto un pez tomar leche?”
En ese momento entendí un poco más a mi madre y su afirmación de que viajar con infantes sin lugar a dudas es estresante.
