Por Adalixis Almaguer ()
Miami.- Quien siembra vientos, cosecha tempestades. Y cuando acudes a la violencia para exigir tus derechos, pierdes el derecho a exigir porque nada justifica la violencia.
Si robas, rompes, vandalizas, no estás protestando, no estás exigiendo, simplemente estás demostrando que aquellos frente a los que te sientes discriminado tienen razón con tirarte a menos porque estás validando, con tus actos, que eres menos, que vales poco, que socialmente demeritas más de lo que aportas.
Lo que piensen los otros es problema de los otros. ¡Tu problema es como lo asumes! ¿Cuánto poder pones en las manos de esos otros para que determinen quién eres es tu responsabilidad?
Te lo dice una inmigrante latina, proveniente de una sociedad cuyos valores éticos y morales son inexistentes, porque de estar en crisis hace rato pasaron, pero como ser humano eso no me define. Yo soy quien decido ser aunque a veces me miren a contrapicado. A mí me toca escoger como reacciono a esas miradas.
Seguir patrones de conducta estereotipados es electivo.
Pongo el ejempo de la raza porque es el más frecuentemente utilizado, aunque aplique para todo. Si eres de raza negra (sí, negra), ¿cuál es el problema? Porque los grupos fenotípicos en los que se subdividen los seres humanos según la antropología clásica son:
– caucasoide: arios, semitas, cámiticos.
– negroide: africanos, joisanes, melanesios, negritos, aborígenes australianos.
– incierto: dravidianos y cingaleses.
– mongoloide: mongoles del norte, chinos e indochinos, japoneses y coreanos, tibetanos, malayos, polinesios, maoríes, micronesios, esquimales, amerindios.
Y no existen tales cosas como de color para agrupar características morfológicas evidentes. Si eres negro, y te molesta, el problema es tuyo y no del resto de la humanidad.
«La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve.»
– Martin Luther King
