Por Carlos Cabrera Pérez
Un niño de cuatro años, identificado solo como Luis Miguel y residente en Aguada de Pasajeros, murió este viernes en el hospital pediátrico de Cienfuegos, Paquito González Cueto, a causa de la fiebre del Oropouche, informó una fuente del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), que pidió no ser identificada.
El menor vivía con un solo riñón y es el primer fallecido en Cuba, “tras haber contraído la Fiebre del Oropouche, que complicó su estado clínico”, precisó la fuente, que alertó sobre “un probable intento provincial de atribuir la muerte al dengue”.
Algunos dirigentes cubanos están intentando rebajar el impacto real de la nueva enfermedad, pese a que no existe una directriz específica del MINSAP para manipular certificados de defunción, como ocurrió durante la pandemia de coronavirus, recordó.
“Los compañeros de la provincia (Cienfuegos) están presionándonos para que registremos el fallecimiento como un caso de dengue; excusándose en la situación de tensión que vive la región por los apagones y el nuevo virus, pero no compartimos ese criterio”, reveló la fuente sanitaria.
Los padres de Luis Miguel, que se niegan a hacer declaraciones, pidieron al partido comunista de Aguada de Pasajeros que repusieran el servicio eléctrico en el circuito 43 del municipio cienfueguero, que alimenta a la funeraria local, a la que acudieron las máximas autoridades municipales que -como los de toda la sur central provincia- están preocupadas por el deterioro del clima sociopolítico, que ya ha vivido varias protestas populares por los apagones, escasez de alimentos y carestía de la vida.
La Fiebre del Oropouche tiene síntomas parecidos a los del dengue, como el inicio súbito de fiebre elevada, cefaleas, mialgias, artralgias y vómitos y, en algunos casos, pueden presentar signos y síntomas de meningitis aséptica, según la descripción clínica del mal, ya endémico en áreas tropicales y subtropicales de Sudamérica, Centroamérica y Caribe, de Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá y Cuba, donde ya ha afectado a más de trescientas personas de Santiago de Cuba y Cienfuegos, principalmente, donde 262 niños permanecen ingresados a causa de la enfermedad.
Las autoridades cubanas mantienen silencio sobre el fallecimiento de Luis Miguel y el alcance del virus, limitándose a una sesión informativa, con la aparición en televisión del epidemiólogo Francisco Durán, que fue la cara oficial ante la pandemia de coronavirus.
En su vuelta a la escena pública, Durán se limitó a informar que -hasta la fecha- no había fallecidos ni casos críticos y pidió redoblar el combate contra el mosquito.
