EUROPA TIENE CAMPEÓN DE FÚTBOL… EL MISMO DE SIEMPRE

Por Yoyo Malagón ()
Londres.- He intentado una crónica seis veces, y siempre voy al principio después del tercer párrafo. Cuesta ser original con un equipo que gana una y otra vez. Un equipo con estrellas, sin egos desmedidos, con un entrenador que te pasa por el lado en el mítico Wembley y cuando le das la ‘enhorabuena’, te saluda como si te conociera de siempre.
Es el Madrid. El mismo que sufrió en el primer tiempo y que capeó a duras penas el temporal, con un Ancelotti que, como buen marino, mostró una tranquilidad incomparable desde el banquillo, en espera de que pasara la tormenta. Y llegó el descanso.
El buen piloto ajustó algunas cosas en ese tiempo de descanso, similar a lo que ocurre con el centro de los huracanes, y el Madrid salió diferente en la segunda mitad. Ya no estuvo tan débil atrás, fue más hacia adelante, buscó el arco contrario y tuvo su recompensa. Primero fue Carvajal, tras botar Tony Kroos un centro perfecto. Fue la última asistencia del alemán como jugador blanco y sirvió para otro título.
Luego golpeó Viny ante un Borussia Dortmund mareado, que le costaba reponerse del golpe inicial. Y ya no hubo más. El partido estaba amarrado, y Ancelotti, a quien le gusta que le hablen del mar, soltó hasta el timón y se relajó. El Madrid era campeón. Y con el pitazo final llegó el éxtasis total, el festejo, el jolgorio, la dicha.
Los jugadores disfrutaron de los lindo sobre el césped, con los familiares… como si fuera una gran familia. Ese es el mérito de este equipo: desde que arrancó la temporada, todos remaron en la misma dirección, con la misma potencia, sin dejarse una gota de sudor, sin ahorrarse un esfuerzo.
El Real Madrid es campeón. Y poco después de levantar la Orejona, alguien dijo sobre el césped del mítico Wembley que ahora tocaba prepararse para decimosexta. Es la mentalidad de un equipo que nunca se da por vencido, que pelea hasta el último minuto, un equipo de jugadores increíbles, con un entrenador con una mentalidad única, y un presidente intachable.
Todo eso duele. Por eso el Real Madrid tiene tantos seguidores como detractores. Por suerte, en el campo pasan de los detractores, ganan y vuelven a ganar. Lo hacen una y otra vez, año sí y año también. Europa tiene nuevo campeón, el mismo de siempre. Lo demás es historia.