Por Gretell Lobelle ()
Matanzas.- He visto en páginas de Facebook capturas de pantalla de perfil personal para la construcción de un post. No voy a dar más elementos porque mi intención es apuntar a la infoética. Sobre todo al que le interesen las palabras mágicas del mundo virtual y el saber «bien estar» de estos lares.
Facebook no es un potrero, aunque muchos lo crean o se comporten como si lo fuera. El uso de una captura de pantalla para legitimar, evidenciar o justificar un discurso mediático o la construcción de un contenido objeto de análisis, pasa por el tamiz muy fino de la ética de la información.
De hecho, la opinión, contenido de un perfil personal, y la opinión de una página, son diferentes, muy distantes desde el uso, manejo y consumo.
No hay un marco normativo explícito. La virtualidad aún pasa por un limbo legislativo donde el paradigma físico resulta, aún en el siglo XXI, digamos que dominante. Esto no escapa a las prácticas informacionales de prosumidores que siguen asumiendo elementos y comportamiento del mundo físico. Tiene lógica porque los nativos digitales no son los únicos del ecosistema digital.
La ética de la información, alcance, protección de datos personales, tienen manejos particulares que van más del tipo «continente» de la información. Usted haga lo que entienda.
Definitivamente la virtualidad crea un espacio de prosumidores en el que sus discursos y relaciones mediáticas en estas redes sociales resultan bastante efímeras.
Ahora, sepa también que usted muestra desde su práctica el potrero que lleva como persona, comunicador, periodista o profesional de este dominio del conocimiento.
(Wikipedia pura y dura que cada día es más robusta como fuente, aunque muchos sigan pensando desde el prejuicio y no se detengan en la bibliografía que ofrece la muchachita.)
