Por El Estado como tal
La Habana.- La segunda Mesa Redonda sobre la industria agroalimentaria en Cuba presentó un relato triunfalista, estadística dispersa, un dato salarial asombroso, y una cuestionable “lógica” inversionista. Actividad en crisis, diagnóstico equivocado y soluciones discutibles.
Los funcionarios de la agroindustria cubana insisten en el relato de que el aumento del registro de entidades estatales -empresas filiales y MIPYMES estatales- es factor clave para resolver la crisis. No lo es. Lo crucial es aumentar la oferta agropecuaria nacional privada.
Debido al muy alto peso de la producción agropecuaria privada en Cuba, esta debería priorizarse en cualquier estrategia razonable de recuperación agroindustrial, de seguridad alimentaria, de exportaciones y de reducción de la inflación, pero eso no ocurre.
Se divulga el dato de que el salario medio mensual de la Empresa de Productos Lácteos de Pinar del Ríos supera los 15 mil pesos, más de tres veces el salario medio nacional en 2023 (cuatro mil 648 pesos), ¿productividad espectacular o precios muy altos?La “lógica” de inversión extranjera del Grupo Empresarial de la Industria Agroalimentaria es doblemente cuestionable. Primero, el financiamiento extranjero para importar materia prima funciona como capital de trabajo, no es inversión.
Segundo, la apuesta de priorizar financiamiento externo para importar, asumiendo que las ganancias financiarían luego materia prima nacional, refleja una visión “de grupo”, pero se queda corta en relación con una racionalidad de desarrollo nacional.
La premisa del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria de que eventuales ganancias en divisas permitirían financiar oferta agropecuaria nacional es un supuesto problemático porque la inversión agropecuaria requerida probablemente superaría las ganancias empresariales.
Ese tipo de apuesta de asignar recursos escasos para importar, asumiendo que “normalmente” encadenaría suministros nacionales es arriesgada y no ha funcionado bien en la escala requerida, por ejemplo, ni en el turismo ni en el comercio del mercado interno en divisas.Una estrategia que priorice uso de divisas escasas en la importación para luego sustituirlas termina muchas veces de otra manera: la falta de respuesta de oferta nacional, o su inestabilidad, (influyen muchos factores), eterniza la dependencia de las importaciones de insumos.
