EL PERRO, UN AUTÉNTICO GENIO COMPRENDIENDO AL SER HUMANO

CURIOSIDADESEL PERRO, UN AUTÉNTICO GENIO COMPRENDIENDO AL SER HUMANO

Tomado de MUY Interesante

Los perros han adquirido una fascinante capacidad de entender las necesidades y las emociones humanas, y demuestran una gran empatía. Sea cual sea la definición de amor, tu perro te quiere.

Madrid.- Clive Wynne lleva mucho tiempo fascinado con la mente de los animales. Estudió el comportamiento de las palomas, las ratas y los marsupiales, pero se dio cuenta de que lo que más le interesaba era la interacción de los humanos con otras especies. Así que se centró en los perros, el animal con el que tenemos la relación más larga e íntima a lo largo de nuestra historia.

Sin embargo, a medida que Wynne, el etólogo británico-australiano, profundizaba en esta idea, poco a poco se le iba desmoronando. En su lugar, empezó a pensar que lo que diferenciaba a los perros era algo mucho más complejo: el amor. Como detalla en su libro El perro es amor, encontrar formas rigurosas de probar esta idea no fue sencillo.

TO’C: ¿Qué le hizo sospechar del «genio canino», la idea de que los perros tienen un tipo de inteligencia especial para entender a los humanos?

CW: No niego que nuestros perros sean exquisitamente sensibles a las cosas que hacemos. De hecho, los perros que viven con personas y que, por lo tanto, dependen completamente de ellas para satisfacer sus necesidades, son sensibles a todo lo que estas hacen. Lo que quiero decir es que esto no es algo especial de los perros. Es algo que se da en cualquier animal criado por seres humanos en un estado de completa dependencia.

Los perros que viven con personas y que, por lo tanto, dependen completamente de ellas para satisfacer sus necesidades son sensibles a todo lo que estas hacen.

Los perros que viven con personas y que, por lo tanto, dependen completamente de ellas para satisfacer sus necesidades son sensibles a todo lo que estas hacen.Sam Wynne

Pruebas con lobos

Cuando fuimos a Wolf Park (una instalación de investigación en Indiana que alberga lobos socializados con humanos) en 2007, nos quedamos asombrados con lo que nos encontramos. Hicimos estas sencillas pruebas de cognición social, y los lobos eran tan buenos como los perros. Nos dimos cuenta de que los lobos criados por personas muestran sensibilidad a lo que estas hacen. Al igual que ocurre con los murciélagos, los caballos, las cabras y los delfines criados por personas.

TO’C: Ha encontrado la forma de demostrar la diferencia de sociabilidad entre los perros y los lobos.

CW: La prueba de comportamiento es lo más sencillo que he hecho y me sigue encantando. Basta con que alguien se siente en una silla, marque un círculo de un metro de radio a su alrededor y, luego, mida qué parte, en un intervalo de dos minutos, elige el animal para estar dentro del círculo.

Si hace esto con su perro en casa, suponiendo que usted y su mascota hayan estado separados durante un breve periodo de tiempo, observará que el can pasará todo el tiempo dentro del círculo. En el caso de los lobos, incluso cuando se trata de personas que han actuado como sus padres desde que eran cachorros, pasarán unos cuarenta segundos dentro y si se trata de un extraño, no pasan ningún momento dentro del círculo.

TO’C: ¿Hay pruebas de que esta diferencia en la sociabilidad tiene su origen en la genética?

CW: La genetista Bridgett vonHoldt, de la Universidad de Princeton, examinó el genoma del perro y encontró áreas que mostraban evidencias de una rápida evolución reciente, es decir, los impactos de la domesticación. Había una sección concreta de un cromosoma canino donde, en los humanos, los genes están implicados en el síndrome de Williams-Beuren. Este síndrome tiene muchos impactos, pero uno de ellos es el gregarismo excepcional. A partir de las muestras de ADN tomadas de perros y lobos, resultó que tres de los genes implicados en el síndrome de Williams están correlacionados con esta diferencia en el comportamiento de perros y lobos.

TO’C: Usted menciona experimentos en los que los dueños de perros fingen tener un ataque al corazón o se les cae una estantería encima ¡y sus perros no les ayudaron!

CW: Creo que esas pruebas eran demasiado exigentes intelectualmente. Quiero decir, ¿sabrías qué hacer si alguien tiene un ataque al corazón? ¿Qué debe hacer el perro si se le cae una mueble encima? Es una situación absurdamente exigente para ponérsela a un perro. Pero hay muchos estudios que demuestran que intentarán ayudar. Son cosas que la gente puede experimentar fácilmente por sí misma: finja que llora y verá que su perro muestra todo tipo de signos de angustia. En los nuevos experimentos que hemos realizado mi estudiante Joshua Van Bourg y yo, hacemos que la gente se meta en una caja que se pueda abrir fácilmente y, luego, grite de angustia. Y claro, los perros vienen y abren la caja.

El vínculo que se establece entre perro y un buen dueño es de los más estrechos en la vida.

El vínculo que se establece entre perro y un buen dueño es de los más estrechos en la vida.iStock

¿Puede la ciencia probar que nuestros perros nos quieren realmente?

Sea cual sea la definición de amor (en el estudio científico se habla de afiliación, gregarismo, contacto, preocupación por separarse de un ser querido), tu perro te quiere. Mi madre es muy escéptica respecto a este tema y cree que es solo porque les damos de comer.

TO’C: Entonces, ¿hay espacio para el escepticismo?

CW: Sí, claro. Si hay alguien que te va a querer, ese es tu perro. Sea cual sea la medida que podamos utilizar (hormonas, ondas cerebrales, fisiología, comportamiento, cualquier prueba que necesites para convencerte de que alguien te quiere), tu perro cumple esos criterios.

Perro y gato

Perro y gato StockSnap/Pixabay

Pruebas con gatos

Los perros no son las únicas mascotas que se han utilizado en el estudio sobre el envejecimiento: también se han analizado gatos. Pero, como cabía esperar, los gatos no son tan aptos como los perros«Hay un par de problemas con los felinos», dice Daniel Promislow, del Proyecto de Envejecimiento Canino de la Universidad de Washington en Seattle.

«No muestran tanta diversidad como los perros y tienden a ser más longevos, por lo que es un estudio mucho más difícil: tendríamos que esperar más tiempo para ver cómo surgen los patrones». Sin embargo, El arca de Darwin, un proyecto de ciencia ciudadana con mascotas dirigido por investigadores del Instituto Broad del MIT y de Harvard, está reclutando gatos para un proyecto genético que podría llegar a aportar conocimientos sobre el envejecimiento humano.

Los años del perro

A menudo se asume que un año natural equivale a siete «años de perro», de modo que la esperanza de vida de un can es aproximadamente la séptima parte de la de un humano. Aunque esto es inexacto por dos razones. Una es que los perros alcanzan la madurez sexual mucho antes que nosotros. La otra es que las distintas razas de perros tienen diferentes expectativas de vida dependiendo de su tamaño, problemas patológicos característicos de cada raza, calidad de vida de la mascota.

Por regla general, las razas más grandes mueren antes, un patrón bastante común en todo el reino animal, aunque paradójico si se tiene en cuenta que las especies más grandes, como los humanos, tienden a vivir más tiempo que las más pequeñas, como los ratones. Los perros pequeños viven de media unos quince años, pero los grandes, solo diez. Los gatos pueden llegar a vivir quince años.

Vivir a lo grande, morir joven.

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