LO QUE DEBEN SABER LOS CUBANOS SOBRE EL OROPOUCHE Y EL ERROR DE LAS AUTORIDADES EN OCULTAR INFORMACIÓN

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Por Ysmai Padrón.

La Habana.- Las autoridades sanitarias cubanas sabían que la Fiebre Oropouche (OROV)se estaba extendiendo en países de Suramérica y el Caribe debido a que la Organización Panamericana de Salud emitió una alerta epidemiológica el pasado 9 de mayo para los países de la región (LEER AQUÍ) . Sin embargo, guardaron silencio hasta que los ENFERMOS  en suelo cubano empezaron a ser publicados en las redes sociales.

Los casos de esa enfermedad originada por la picadura del mosquito Culex, típico en Cuba y con mejor adaptación al clima que su similar Aedes Aegypti, fueron en un inicio asociados con el dengue, pero en la medida que avanzaron los días el MINSAP se vio obligado a reconocer la presencia en la isla.

Si bien el Oropuche se asocia a ese tipo de enfermedades de índole viral, sus síntomas pueden ser ligeramente diferente como

  • fiebre
  • dolor de cabeza
  • mialgia (Dolores musculares)
  • artralgia (Dolor en una o varias articulaciones)
  • fotofobia (Intolerancia a la luminosidad)
  • malestar general.

En infectados  más graves, el virus puede provocar meningitis o encefalitis, lo que se manifiesta con síntomas neurológicos, como: vértigo, letargia, nistagmos y rigidez de nuca. Y estos últimos síntomas necesitan obligadamente atención medica especializada

La alerta epidemiologia de la OPS advirtió a los gobiernos de la región que los casos registrados y la evolución de esta fiebre son significativamente mayores que el brote registrado en Latinoamérica durante los años de 1990. Por tal motivo los organismos  regional y mundial (OPS/OMS ) instaron a los Estados miembros a implementar las recomendaciones para el diagnóstico diferencial del virus Oropouche (OROV) y a reforzar las medidas de vigilancia entomológica, control de vectores y protección personal de las poblaciones de mayor riesgo. Cuba al parecer esperó hasta que los casos de contagiados fueron saliendo con fuerza en las redes sociales de cubanos y sus familiares dentro y fuera de la isla.

En las circunstancias actuales de miseria extrema y ausencia de recursos de la población cubana, se hace cada vez más difícil implementar medidas de control sanitario para impedir que esta fiebre Oropouche se extienda, en lo que varios epidemiólogos han advertido que puede durar más allá del invierno debido a que el mosquito transmisor, el Culex, soporta mejor las bajas temperaturas y el hábitat es el mismo que está presente a lo largo y ancho de la isla: vertederos de basura, agua estancada y hacinamiento poblacional en habitáculos de poca ventilación, sobre todo en las grandes ciudades.

Actualmente, no existen vacunas ni medicamentos antivirales específicos para prevenir o tratar la infección por OROV. El enfoque del tratamiento es paliativo, centrado en aliviar el dolor, rehidratar al paciente y controlar cualquier vómito que pueda presentarse. En casos de manifestaciones neuroinvasivas, es necesario el ingreso del paciente en unidades especializadas que permitan un monitoreo constante.

Según las propias cifras de la OPS, la enfermedad tiene una mortalidad muy baja, pero sí puede extenderse en regiones donde el mosquito abunde. Los apagones que sacuden a toda la isla es un marco propicio para que los enjambres de mosquitos aumenten debido al calor y la falta de ventilación adecuada para espantarlos.

La manera de reducir los casos y prevenir la OROV están definidas por una serie de pasos que algunos podrían implementarse en Cuba y otros difícilmente, entre ellos:

  • Rellenar o drenar las colecciones de agua, charcas o sitios de anegación temporal que pueden servir como sitios de oviposición de las hembras.
  • Eliminación de la maleza alrededor de los predios para disminuir los sitios de reposo y refugio de los mosquitos y los jejenes.
  • Protección de viviendas con mosquiteros de malla fina en puertas y ventanas, de esta manera también se previenen otras arbovirosis.
  • Uso de prendas que cubran las piernas y brazos, sobre todo en casas donde existe alguien enfermo.
  • Uso de repelentes que contienen DEET, IR3535 o icaridina, los cuales se pueden aplicar en la piel expuesta o en ropa de vestir, y su uso debe estar en estricta conformidad con las instrucciones de la etiqueta del producto.
  • En el caso de personas con mayor riesgo de picadura como trabajadores forestales, agrícolas etc., se recomienda el uso de prendas que cubran las partes expuestas del cuerpo, así como el uso de los repelentes previamente mencionados. 

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