Por Javier Bobadilla ()
La Habana.- Los párrafos que siguen a continuación son fragmentos tomados de un grupo de compra-venta de divisas, del 8 de septiembre de 2023, en una de esas veces en las cuales el dólar bajó, sin saber bien porqué.
A -«¿Cuándo se te ha cancelado por poner el precio abusivo ese? A ti no te conviene ningún precio que no sea la clavadera esa, por eso llevas una semana vendiéndolo y ni dios te lo compra.
«Bajada ficticia ni bajada ficticia, en los mercados cambiarios las monedas suben y bajan, lo que tú quiere es que estando a, por ejemplo, 210 te lo paguen a 260 y cuando esté a 260, los vas a querer poner a 300. Y si sigues en eso, te queda poco aquí. Te los vas a comer por apretador».
B – «Solo veo a 10 comprando a esos precios y a nadie vendiendo. Cuba no fabrica dólares y todo en Cuba se compra en dólares. Ya compraron el de los tontos, ahora si no lo pagan no los vendo. Con Cup no se puede comprar nada».
Pudiera buscar otras más viejas, o más nuevas. Les pongo esta porque es de la vuelta anterior, y está demostrado que ya el cubano no retiene la memoria a corto plazo. En los 90 bromeábamos con que la culpa era de la soya, pero ahora, ni eso.
No he escrito del asunto de los dólares porque el tiempo de escribir ya se acabó. Todo lo que pase, todo lo nuevo que acontezca, va a tener una sola explicación por mi parte, y va a ser psicológica. Lo único que voy a hacer es adaptar esa explicación al tema, y ponerle referencias diferentes a cosas que no se entiendan.
Decía mi abuela, muy frecuentemente, que el banco pierde y se ríe, y el punto gana y se va.
Esto que está pasando es una maniobra de mercado, en que alguien, con mucho dinero, desestabiliza la oferta/demanda para ganar más dinero todavía. Lo han hecho varias veces y lo van a seguir haciendo cada vez que el dólar suba 100 pesos.
Esta vez la bronca en los grupos de compraventa vino por El Toque. Después de mucho debatir, decidieron dos cosas.
1- Que si el dólar seguía subiendo se iba a joder el negocio de la compraventa.
2- Que si el precio lo ponía El Toque, había que bajar El Toque, y para bajarlo había que postear mucha compra por debajo del precio.
El Toque tiene un problema fundamental, y no es su algoritmo. Es que El Toque usa los mensajes, pero no tiene NINGÚN tipo de confirmación de que esos mensajes tienen dinero detrás. Usted puede publicar lo que le dé la gana en los grupos. No hay confirmación de nada, no hay un mecanismo de garantía, no hay transparencia entre los usuarios. Es el más puro mercado negro.
La culpa de eso es del Gobierno, por prohibir una cosa que no puede garantizar.
Así que mucha gente publica que compra barato, y El Toque empieza a bajar. Ahí entra El Punto, el que gana y se va, porque en realidad no ganó nada.
Al Punto le mandan unos dolaritos del yuma. Se lo manda el Otro Punto que está allá, que sigue luchando dólares para los rehenes de aquí. El Punto de aquí recibe sus dólares y sale corriendo a gastarlos. ¿Que está alto? Fiesta. ¿Que está bajo? Fiesta también.
El mañana no existe. Este money hay que derretirlo HOY en pollo, cerveza, cigarros y galleticas para le niñe. Y muy posiblemente también en un ventilador recargable que se vende en China en $15 y se compra en Cuba en $150. Tu mañana no existe, más allá del horario de apagones.
¿Una página de internet que cualquiera puede manipular te dice lo que vale tu dinero? Tu mañana no existe porque tu hijo iba a la guerra que un hombre vestido de verde te decía que tenía que ir, porque te decía hasta la música que tenías que oír, y porque ganas en el trabajo lo que un hombre vestido de guayabera te dice lo que tienes que ganar, y porque un hombre con una camisa de cuadros te dice la consigna que tienes que gritar para poder seguir siendo esclavo de todos los otros.
Tu mañana no existe, ¿qué valor puede tener tu dinero?
Así que vas y vendes al precio que sea. El precio -no el valor-, baja. Fiesta para los compradores de dólares. Más dólar por menos peso.
Esos dólares suben hasta las MiPYMEs. Compran productos, los ponen a la venta.
Yo no he visto que los precios bajen. ¿Los precios siguen igual? No. Peor.
Ahora es más caro, porque los mil 200 pesos aquellos que eran tres dólares el mes pasado, ahora son cuatro. Los precios están SUBIENDO. Tarrú.
¿Que ahora vas a poder comprar más fácil los dólares para irte del país? ¿Ya te reseteaste? ¿Ya se te olvidó que al principio te expliqué la clase de punto que tú eras?
Tú te vas a comprar 200 dólares más baratos. El que tiene más dinero del que tú sueñas, que fue el que empezó a bajar el precio, va a comprar el mercado completo de dólares a 300, de un solo golpe, y al otro día va a estar a 500. Pero no te preocupes, que tú no tienes mañana. Esos 200 dólares te los vas a derretir en pollo, cerveza, cigarros y un ventilador recargable, para seguir lloriqueando en el apagón.
¿Se acuerdan que Venezuela, que en el 2008 le quitó tres ceros al dinero? En el 2018 le quitó otros cinco ceros, y en el 2021, seis más. Básicamente el bolívar está a 100 000 000 000 000 por uno. ¿Solución económica a esto?
Ninguna. María Corina Machado el domingo 28 de julio.
Aquí no le han quitado los ceros porque no tienen dinero para imprimir billetes nuevos. Próximamente, y teniendo en cuenta muchos factores, -incluidos el cómo se comparta este post, y a quién llegue-, empezarán a presionar MiPYMEs para que bajen los precios, y eso va a empeorar la guerra entre Ellos mismos.
¿Y yo?
De aquí en adelante todo es cuesta abajo. Cada día me parezco más a Otaola, a un Humbertico del otro bando. Tú le vas a pedir a la Seguridad que me recoja. Cada día la culpa va a ser más tuya, y cada vez te voy a repetir más que ese apagón te toca por la libreta, y que se te van a caer los dientes como a mucha gente en el Período Especial, y que vas a seguir cogiendo enfermedades extrañas por el calor, la humedad, los mosquitos y la mala alimentación, y que cada día vas a ser más una carga para el que se fue, y que tus hijos se van del país y no te respetan porque nadie puede, en su sano juicio, respetar a nadie como tú, y mi sueño es que un día me encuentres por la calle, me pongas una mano en el hombro, y me digas: «Por favor, no escribas más».
