Y GRANMA HABLA DE ATENCIÓN A LOS VULNERABLES

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Por Anette Espinosa ()

La Habana.- El diario Granma, en una nota sin firmar -porque tal vez haya sido escrita por Inteligencia Artificial, como las de Cubadebate- dice que más de 60 mil personas en Cuba son beneficiadas por el Sistema de Atención a la Familia, y titula que la atención a los vulnerables sigue siendo una prioridad.

Según el rotativo, en el que cada vez menos personas creen y que yo leo solo por orientaciones de los jefes de El Vigía de Cuba, de esas 60 mil personas, hay un por ciento -que no dicen- que se encuentra en estado de vulnerabilidad. Y se supone que yo, o usted, nos los tengamos que creer eso del por ciento, imagino que insignificante, como para no decirlo. ¡Increíble!

Granma apela a unas explicaciones recientes de la ministra de Comercio exterior, la siempre locuaz Betsy Díaz Velázquez, quien habla mucho pero es poco creíble, y dice que en los sistemas donde se les ofrece alimentación a esas personas vulnerales, les cobran 13 pesos por un almuerzo y otros tantos por a comida. No habla ella, por supuesto, de la calidad de los alimentos en esos lugares. Ni lo haré yo, solo le digo que si conoce a alguien que dependa de esos sitios, que le pida una muestra e intente que un perro de la calle se lo coma. El de usted no lo hará, eso es seguro.

En esos sitios venden unos alimentos que no hay ser humano que se los coma, y si alguien lo hace es porque no encuentra ninguna otra opción. Arroz con gorgojos y gusanos, mortadella verde, plátanos podridos… mejor no seguir.

Y encima de eso, la ministra dice que «apostamos a la calidad de los servicios que prestamos en este sistema», y se supone que alguien se lo cree. Incluso, advirtió que en los últimos tiempos aumentó el número de las personas que dependen de ese servicio, luego de que hubiera caído tras el inicio de la llamada, y malograda, Tarea Ordenamiento, cuando los alimentos que vendían dejaron de costar un peso cubano.

Precio del menú para ancianos y personas necesitadas se dispara en Cuba hasta los 13 pesosAl parecer, siempre según Velázquez, es tan bueno lo que ofertan que para conseguir que acepten a un vulnerable en esos comedores, tiene que presentar una especie de aval que solo pueden otorgar las direcciones de Deportes, de Salud o los trabajadores sociales, quienes se encargan de verificar, supuestamente, que los beneficiados cumplan con todo lo establecido.

Vaya, leo la nota de Granma y me imagino un sitio en Berlín, al que acuden los ancianos sin familia, y donde los atienden como si fuera en un restaurant de primera, con un menú que incluye sopas, verduras de varios tipos, pastas, carnes, postres, lácteos, frutas, pescado. Y no de un chinchal apestoso, lleno de moscas, con una comida maloliente que solo se puede comer alguien que no tenga otra opción.

Y como para los dirigentes comunistas el plural de modestia es una constante, la ministra dice: «Somos los responsables, pero tenemos que ampliar la atención a estas personas, y donde no exista una unidad de la gastronomía popular que pueda prestarla, buscar alternativas».

Eso sí, deja caer en algún momento que el SAF, como se llama el programa, «se ha mantenido en las prioridades de organismos internacionales, mediante el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que aporta arroz, granos y aceites», pero no dice que ese aceite no lo ven los ancianos o vulnerables, el arroz lo cambian por uno que no se comen ni los cerdos y los granos… bueno, si acaso chícharos en strike, más duros que una bala.

Y sigue la nota: «Hay 22 municipios que se benefician con proyectos vinculados a equipamientos, y acabamos de distribuir –salvo en Santiago de Cuba, que tenía pendiente un traslado que ya concluyó– todos los donativos chinos, insumos en condiciones óptimas de inocuidad para la prestación de ese servicio (platos, utensilios de cocina, termos para que las personas se puedan llevar esos alimentos al hogar).

Increíble, ya no pienso en Berlín, sino en Noruega y en un restaurante familiar, donde las personas que no quieren almorzar o cenar en el lugar, tienen termos, ‘conseguidos’ por la ministra para que se lleven esos manjares a sus casas… Mentiras tras mentiras, ficción total, engaño y manipulación. ¿Cómo es posible que puedan decir esas cosas sobre unos sitios que todos sabemos que son un asco, donde lo poco que llega se lo roban los que trabajan allí, y a veces los desvían hasta los comités del partido, para que los dirigentes terminen de hacer crecer sus enormes barrigas?

El párrafo final es una oda: «Creo que en el Sistema de Atención a la Familia estamos en condiciones de transformar la calidad del servicio. Aunque lo queremos, la situación es compleja en todo el país. Al menos, debemos lograr la estabilidad de los aportes nutricionales que tiene que dar el SAF».

Y yo me preguntó, mientras, ¿quién miente más, la ministra Betsy o el Granma?

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