Por Oscar Durán
La Habana.- La prensa oficialista cubana hace un intento de sacar músculo cuando “trata” de aclarar alguna información falsa difundida en las redes sociales. El último ejemplo fue la supuesta suspensión de las exportaciones a los cuentapropistas por parte del régimen. Enseguida salió el Ministerio de Comercio Exterior (Mincex) a desmentir con una nota bien escueta redactada por cualquiera y mandada en cadena de correo a los principales medios de la dictadura.
“Estamos comprometidos con el desarrollo y fomento de las exportaciones”, dice el Mincex, quien también llamó a la población a verificar las informaciones a través de fuentes oficiales.
Todos sabemos -hasta las mismas ciberclarias y demás allegados- que la prensa cubana es un chiste, un conjunto de porristas ideológicos cobrando un salario de cartón de huevo para decir cualquier tipo de sandeces, muy lejos de la realidad del cubano.
Vamos a dar un tour por varios medios digitales y díganme ustedes mismos si el periodismo partidista no es una total fake news.
“Se destacan jóvenes en la producción de alimentos en el sector cooperativo” (Sierra Maestra). “Agroint mantiene su apoyo al desarrollo socioeconómico de Las Tunas” (Periódico 26). “Mantienen trabajadores masoenses herencia comunista y proletaria” (La Demajagua). “Distinguen labor profesional y sindical de Fiscalía de Cienfuegos” (5 de Septiembre). “Realizan en La Habana Ejercicio de Vigilancia Revolucionaria” (Tribuna).
No voy a ponerles más ejemplos de este circo comunista. La prensa independiente cubana no es perfecta, también nos tiramos numerazos de vez en cuando por diferentes razones que no vamos a exponer para no caer en justificaciones, pero cualquier medio de prensa contrario al régimen es el New York Times al lado de Granma, Juventud Rebelde o Cubadebate.
Para empezar, hacemos algo que la Upec está muy lejos de enseñarles a sus sindicalistas: los lectores pueden opinar abiertamente lo que deseen, incluso, hasta se vuelven reporteros de lo mal hecho dentro de un estado corrupto y maltrecho llamado dictadura cubana.
Si hoy el Ministerio de Salud reconoció la existencia del virus Oropouche -sin dar las cifras de infectados- en Santiago de Cuba, fue por la prensa independiente y sus colaboradores. Ni Trabajadores, ni Radio Rebelde tuvieron la primicia y muchos menos van a sacar un reportaje investigativo sobre el origen de esta enfermedad en el territorio santiaguero.
Mañana, posiblemente, saldrán a decir que el virus quedó erradicado gracias a la excelente gestión del personal de salud y el (des) gobierno. Mientras, del otro lado, los medios independientes seguirán denunciando y publicando todo lo que la prensa oficialista no se atreve a decir, o no puede decir.
