Tomado de las redes
La Habana.- ¿Alguna vez has intentado mirar de cerca a la Mona Lisa? Para mantener la vista en toda la pantalla. O labios. Pruébalo y verás algo extraño: No hay un solo golpe. ¡Incluso el más pequeño!
Puedes acercarte tanto como quieras, pero nunca los verás. Además, cuando los investigadores tomaron una radiografía de la Mona Lisa, tampoco vieron ni una sola mancha. ¡Pero descubrieron algo inimaginable! En algunos lugares (en la zona de la cara y las manos) encontraron hasta 30 finas capas de pintura.
Ni siquiera puedes imaginar lo delgados que son. Un micrómetro. En comparación, el diámetro de un cabello humano es de ¡80 micrómetros!
Sinceramente, por un momento decidí que Leonardo era un extraterrestre. Después de todo, hizo algo que ninguna otra persona puede repetir. Pero no, parecía ser humano. E incluso en términos generales, su secreto ha sido resuelto.
Un artista, mi suscriptor, compartió una versión plausible de cómo trabajaba Leonardo.
El maestro primero aplicó una capa de témpera, una pintura a base de agua y yema de huevo. Al mismo tiempo, untó esta capa con los dedos. Por eso quedó tan delgado. Y así varias veces. Y luego se aplicó una capa de pintura al óleo encima. Ella ayudó a crear la ilusión de volumen.
Luego se volvió a tomar témpera. Y así capa por capa. Y entre las capas de témpera hay aceite. Es esta técnica la que ayuda a crear el efecto sfumato, cuando no se ve ni un solo trazo. Y el claroscuro queda muuuy suave.
El artista también me dijo que esta técnica requiere mucha mano de obra. Ya que hay que esperar a que se seque cada capa. Y este no es un día. Además, es muy difícil decirse a uno mismo “¡Para!” Al fin y al cabo, las capas son tan finas que se pueden aplicar infinitamente.
Leonardo no se detuvo. Durante 15 años llevó el cuadro consigo. Y lo creo precisamente porque no pude parar. Aplicó una capa tras otra. Como resultado, su sfumato resultó perfecto.
Por supuesto, enseñó esta técnica a sus alumnos y a otros artistas que la solicitaron.
Pero el sfumato de Leonardo es una técnica compleja y que requiere mucha mano de obra. Para un artista que trabajaba por encargo, esto era inaceptable. Por lo tanto, los maestros simplificaron la técnica (es decir, se detuvieron en el momento de varias capas) o la usaron solo parcialmente. Y posteriormente abandonaron por completo la mezcla de témpera y óleo. Resultó que trabajar solo con aceite es aún más rápido.
Por eso la Mona Lisa es tan diferente de muchos otros retratos. Un milagro así sólo se puede crear si se trabaja con cuidado y durante mucho tiempo, durante mucho tiempo. Temple, óleo, temple, óleo…
