UNA FORMA DE ENFRENTAR EL ASUNTO

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Por Arturo Mesa ()
Atlanta.- No hay recursos, no hay dinero ni financiamiento, pero aún en esas condiciones es responsabilidad de quienes dirigen darle solución al problema inflacionario y mientras por todas partes aparecen trabas existe un área en la que aun se puede hacer mucho más y ni siquiera está definida como área clave, ni es estrategia vital dentro de los planes de gobierno. Me ofrezco a meditar.
Se parte del análisis de que no todo el mundo se quiere ir de Cuba -ni pueden-, por tanto, el porciento de población implicado en esta solución es alto. Estas personas necesitan alimentos, y al no tener motivación para emigrar su interés se centra en el acceso a ellos para poder realizar sus proyectos de vida en el patio. Es decir, en buena lid no necesitan del dólar si tuvieran la opción de adquirir sus alimentos en la moneda nacional. De hecho, son cientos de miles los que hasta ayer no sintieron necesidad de tener un dólar en el bolsillo, pero (y gracias al modelo estatal en el que el dólar es vital para satisfacer necesidades de alimentación) se han sumado al mercado de compra del mismo aumentando así el precio de esa moneda.
Es por esa razón que la solución parcial o inicial de la crisis inflacionaria y/o cambiara debería ser la producción de alimentos a gran escala de forma tal que vuelva a ser mínima la necesidad de dólar en un porciento no descartable de la población.
Este sistema, lógicamente no es compatible con los esquemas de ventas online en divisas extranjeras a los que nos han sometido en los últimos meses.
Hoy contamos con los TCP, tenemos además a las cooperativas de producción y a las empresas estatales, pero ni así se logran controlar los precios, siendo el motivo el hecho de que las demandas de la población siguen sin cumplirse además de que quienes tienen acceso al alimento lo utilizan como mercancía, ya sea por necesidad propia o para especular y obtener ganancias.
Por tanto, si el mercado comienza a ser inundado de productos alimenticios, llegará el momento en que la necesidad dejará de ser el alimento y por lógica básica su precio empieza a decrecer y el dólar ya dejaría de ser imprescindible. Si usted logra reunir 10 libras de frijoles en un mes, ya este producto dejará de ser prioritario y usted dedicará sus recursos a otra cosa.
Si analizamos el ciclo del aguacate, verá que en los próximos meses su precio será 10 veces mayor que en Julio y Agosto porque la presencia del producto se dispara. Y: ¿se puede producir lo necesario en tierra? Claro que sí, al menos lo elemental o una variedad de lo elemental. No se da la papa; malanga. No se da el maíz; calabaza. Abunda la sequía; cerdo. Solo habría que tener intención.
Ahora bien, montados en el esquema que tenemos, la producción de alimentos irá siempre a parar al bolsillo de unos pocos porque la empresa estatal produce poco, al privado no le interesa bajar precios y el Estado, además de sus ineficiencias, desvía un buen porciento de entre sus producciones hacia el Turismo o la exportación.
Entonces, en mi opinión aparece la necesidad de crear una empresa controlada por el Estado (por su supuesto compromiso con el pueblo) con la intención de llenar de variedad de alimentos el mercado por un lado y, a la vez, ofertar salarios dignos, con el objetivo de que, como resultado de esos salarios, se resuelva el problema de presencia de alimentos en los puestos y tarimas.
De igual forma, estas empresas tendrían sus propios mercados y comenzarían una estrategia encaminada a ofertar presencia y reducir los precios de los alimentos.
Cuba no tiene un producto élite hoy, por tanto, es ínfima su capacidad de trueque y/o de importación (amén de la falta de credibilidad) y necesita producir (alimentos) en tierra y a la vez crear empleos que motiven este plan. Estos serían esquemas de producción élite y prioritarios con el fin de hacerle competencia a la especulación de los precios de los alimentos y por ende a la dependencia del dólar a la que se ha visto sometida la mayoría de las familias cubanas. La única inversión que necesitan estos esquemas de producción es la seriedad en quienes van a dirigirlos.
Con este plan no se necesita de un inversionista, ni de acceso a divisas, ni de importaciones ni hace mella el manido impacto del bloqueo. Es solo convocar y pagar decentemente, incluso con las propias producciones para que se produzca alimento en suelo, se distribuya y se lleguen a satisfacer una vez más las necesidades alimenticias de la población y en una sola moneda.

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