Mauricio De Miranda Parrondo
Cali.- No conozco a José Luis Tan Estrada personalmente, como no conozco a muchas personas dignas que en Cuba levantan su voz por sus derechos, y les admiro. Admiro su compromiso social y su coraje, porque lo hacen a pesar de lo que ya se ha convertido en un mecanismo de infundir terror a quienes intenten ejercer sus derechos. Y para ejemplo, vale el reciente programa «Hacemos Cuba» que más bien debería llamarse «Deshacemos Cuba», porque en realidad lo que está ocurriendo es la caída libre hacia la destrucción, no solo del país -porque eso ocurre hace rato-, sino también de la Nación.
Pero no me voy a referir a ese bodrio de programa televisivo que es un insulto a la inteligencia humana, sino a Tan Estrada, quien ha sido detenido llegando a La Habana y nadie sabe de su situación actual.
José Luis es un joven periodista que ha movido causas sociales que pueden ser molestas para quienes ejercen funciones públicas con desidia e irresponsabilidad, como la que llevó a cabo en días pasados sobre el niño Antony, de 13 años, o la que también desarrolló con otras personas sobre la salud de la niña Amanda. Ha visibilizado en sus redes sociales casos de detenciones de personas que han reclamado la libertad de presos políticos. Ha hecho énfasis en casos de violencia que sistemáticamente son obviados por la prensa oficial. La lista es amplia. Y sí, es crítico de la gestión del gobierno cubano. ¿Y qué? Es su derecho. Es nuestro derecho.
José Luis lleva varios días detenido y nadie sabe cuál es su situación jurídica. Se equivocan quienes piensan que el terror puede doblegar al pensamiento. No, el terror lo que puede conducir es a una espiral de violencia de consecuencias imprevisibles. Deberían aprender de las lecciones de la historia.
Como ciudadano cubano, levanto mi voz a favor de la liberación de José Luis Tan Estrada, así como de todas aquellas personas condenadas por «delitos» que solo lo son en regímenes totalitarios y opresivos, porque en cualquier país normal, la protesta y la crítica a la gestión de un gobierno son Derechos.
