Por Ulises Aquino Guerra ()
La Habana.- En estos primeros meses de 2024 fallecieron los dos más grandes barítonos de la historia del género Lírico Cubano: Rafael Aquino y Ramón Calzadilla.
Hace algunos años falleció, muy joven, otro de los grandes barítonos cubanos, quien, al igual que mi padre fue mi maestro, Hugo Marcos. No fueron los únicos pero si los más notables.
Como inmenso fue el barítono holguinero Raúl Camayd, y un reconocimiento aparte merece Ángel Menéndez, quien, sin poseer las condiciones de los anteriores, sostuvo el repertorio del género durante muchos años.
He leído con detenimiento muchos artículos de prensa sobre la obra y la historia que dejaron cada uno de ellos, verdaderamente sobresalientes.A mí no me lo contó nadie: yo lo viví. Nací y me crié entre las bambalinas del Gran Teatro y del Teatro Musical de La Habana, donde pude ver las mejores e históricas presentaciones del Teatro Lírico Nacional y la Ópera de Cuba, de las cuales desde hace cuarenta años he formado parte de su historia.
Aunque al final de las vidas todo queda en artículos de prensa y emotivos documentales, quien lo sintió en carne propia sabe lo duro y lo difícil que es alcanzar notoriedad en una carrera personal, sus interioridades y conflictos, dentro de un género que si bien fue el primero en llegar a Cuba, junto a las Habaneras que trajeron los marineros españoles y las compañías italianas que venían de paso hacia América Latina y Estados Unidos, se arraigó en nuestra Cultura y propició el nacimiento de un género Lírico propio.
Desde mis inicios, hace cuarenta años, ya era prácticamente una quimera poder alcanzar la obra de estos grandes. Las circunstancias mías eran diferentes. La precaria economía y el profundo desconocimiento de esta importantísima manifestación artística por parte de quienes dirigían las políticas culturales, hicieron lo suyo.A pesar de todo eso, hoy brillan y se abren paso en muchos lugares del mundo otros importantes barítonos, como es el caso de los Martínez, padre e hijo, entre otros.
Yo debuté muy jovencito, con 19 años. No he podido hacer todo lo que hubiera podido. Mis circunstancias fueron otras. Hice lo que pude dentro de lo que me dejaron hacer. Por eso cuando releo la historia de estos hombres y sus carreras, me doy cuenta de que soy simplemente un sobreviviente.
