Por Jorge Menéndez
Cabrils.- Hay un dicho muy viejo que dice que no te puedes ir a la guerra sin fusil. Y parece que el gobierno ucraniano está sintiendo la torpeza de sus actos en carne propia, al haber brindado a su país para provocar a Rusia.
Creyó la cúpula ucraniana que en las promesas occidentales iba incluida su victoria junto con las armas necesarias para la victoria.
Creyeron que podían ser un barril sin fondo de corrupción para el dinero enviado por Europa y Estados Unidos, y por el cual han sido destituidos varios altos cargos, incluido su ministro de Defensa.
También pensaron que podían internacionalizar el conflicto y sacar rédito de él, metiéndonos miedo con una posible invasión rusa. Si Ucrania caía, les íbamos a dar la vida.
Tuvieron varias oportunidades de regularizar el conflicto y sus relaciones con Rusia durante las negociaciones en Bielorrusia y en Turquía, donde se dieron grandes avances, pero prefirieron oír al entonces primer ministro inglés Boris Jhonson, quien les prohibió firmar la paz.
Creyeron que Europa estaba necesitada de Ucrania, y nada más lejos de la verdad.
Lo increíble es que no se dan cuenta que han provocado al segundo ejercito del mundo y creen que, sin la participación de Moscú, haciendo conferencias de paz, van a lograr algo.
De todos es sabido aquello de que «si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él». Pero yo diría, al menos no lo provoques.
El presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, ha querido jugar a ser el gran salvador de Europa, pero resulta que los republicanos de Estados Unidos consideran que tienen problemas más urgentes que financiar esa guerra sin sentido y Europa va por el mismo camino.
Kuleba le ruega a Alemania que les de sistemas Patriot. Sí, de esos que los misiles rusos ya aniquilaron, para defender su espacio aéreo, como si con eso fueran a vencer.
En los pasillos de la OTAN ya están claros de que la única formula de paz es que Ucrania no sea de la Alianza Atlántica, además de asimilar la pérdida de los territorios con mayoría rusa. Así lo ha querido Zelenski y así será.
Tristemente, Zelenski pierde a su gente, lucha con un ejército de corruptos y se cree el Simón Bolívar de Europa, sin clarividencia ante lo obvio y no saca las conclusiones debidas.
