UN VINO, NUESTRO, PERO DEMASIADO AMARGO

DEPORTIVASUN VINO, NUESTRO, PERO DEMASIADO AMARGO
Por Pucho Oroza
Varadero.- La 63 Serie Nacional avanza por su segundo tercio de Campeonato con más penas que glorias. Un Torneo que dista mucho de ser un pasatiempo, a pesar de que el cubano lleva el béisbol en la sangre y se aferra a seguirlo. La calidad, los hechos y sucesos que genera son el reflejo de una sociedad que sobrevive a duras penas.
En el primer tercio del certamen(25 juegos), la defensa se lleva titulares. El fildeo colectivamente es para 966, la peor cifra de las últimas cuatro Series, con 502 errores en 195 juegos, para un promedio de 2.57 pifias por partidos. También es la peor cifra de errores de los últimos cuatro años, muy a pesar de la sostenida ayuda de los anotadores oficiales de los estadios a los jugadores locales y de otros errores mentales que no van a los libros de anotación. Es la Serie que más intentos de robos se han realizado y el promedio de cogidos robando más alto, con 43.6%. De la calidad de los terrenos, iluminación y condiciones, hablamos en otro momento.
El pitcheo le sigue de cerca al desastre colectivo del primer tercio, los lanzadores han permitido la cifra más alta de los últimos cuatro años en: carreras limpias 2046, boletos 1672, WHIP 1.70 y ponches 1848, el PCL colectivo es de 5.58, con una proporción de BB/K de 4.6 y 312 pelotazos.
La indisciplina cada día es mayor, se discute por todo, muchas expulsiones, árbitros en altercados con peloteros y hasta con aficionados, partidos detenidos por jugadores usando uniformes de otros años, subseries suspendidas por transporte, con las notas más discordantes: la odisea vivida por Las Tunas con varios días varados a su suerte en La Habana y el equipo de la Isla durmiendo toda la madrugada en el lobby de un hotel porque la entrada a las habitaciones era a las 4:00 pm. Desentendimiento total.
¿Cuál es el resultado final? La cifra de asistente a los estadios es penosa, los promedios de hits y carreras por partido son de puntuaciones de balonmano. Por otra parte, los jugadores van enrumbándose a contratos en el exterior, ya sea por la Federación o por gestión propia y las bajas aumentan cada año. Dando al traste con una Serie Nacional cada vez más insufrible.
La emigración es indetenible y el béisbol no está exento a esto, ahora cada vez más temprano. De los últimos Equipos Cuba: al Mundial Sub-15 en 2022, 19 de 20 peloteros emigraron, del equipo al premundial sub-18 también ese año, 9 de 20, de los 18 jugadores al premundial sub-12 el año pasado, cinco abandonaron y finalmente del team de las Pequeñas Ligas que representó a Cuba en 2023, ya cuatro de los 13 no están en territorio nacional.
Todos estos aspectos nos ratifican una triste realidad: al día de hoy no tenemos ningún equipo mundialista en ninguna categoría y solo asistiremos al Torneo Super 12, por un inentendible ranking mundial de la Federación Internacional de Béisbol. Es que la pelota, otrora pasatiempo nacional, ahora mismo es un vino, muy nuestro, pero también demasiado amargo de tomar.

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