Por Carlos Cabrera Pérez
Marrero es rechazado por la mayoría de los ministros por “chivato”.
La destitución y encarcelamiento del ex ministro de Economía Alejandro Gil Fernández avivó la bronca entre militares y civiles en la isla, donde la mayoría del gabinete rechaza al primer ministro por actuar como “chivato de Raúl (Castro) y dedicar más tiempo al GAE” que al gobierno, revelo a El Vigía de Cuba, un alto funcionario gubernamental que rehusó ser identificado.
“Marrero le serruchó el piso a Gil, fiel al estilo del grupo de Raúl (Castro) que va a apartando a todo el que se opone a los planes del Grupo de Administración de Empresas (GAE)”, precisó.
“Marrero se pasa el 70 por ciento de su tiempo en el GAE y el resto espiando en los consejos de Ministros y de Estado para informar a Raúl y joder a gente”, aseveró la fuente, aunque reconoció que el “general Amadito (José Amado Ricardo Guerra, secretario ejecutivo del gobierno) también cumple esa función”.
“Ahora le tocó a (Alejandro) Gil, pero mañana nos puede tocar a cualquiera de nosotros, y eso lo sabemos desde que Raúl y López-Calleja impusieron a Marrero como primer ministro, pese a sus malos resultados en Turismo”, apuntó.
El Vigía de Cuba no ha podido contrastar estas informaciones con fuentes alternativas a las usadas en esta nota.
La cacería de Gil se hizo de espaldas a Díaz-Canel, siendo -formalmente- el comandante en jefe de las fuerzas armadas y la bronca viene de la época de la pandemia, cuando el destituido y sujeto a investigación “compró una partida de pollos congelados para la población; cumpliendo instrucciones del presidente, que le ordenó: “compra el pollo y no consultes”, en clara referencia al entonces presidente ejecutivo del GAE, general Luis A. Rodríguez López-Calleja, narró.
“El presidente, aunque no lo transmite, está incómodo porque las decisiones más importantes las toman los militares, pero las firma él y las asumimos nosotros en el gobierno, de cara a la población”, subrayó.
Los métodos de la jefatura militar y la crisis económica ha provocado que “cada vez menos compañeros valiosos quieran ser cuadros; todo el que puede, le zafa el cuerpo al lío de asumir un cargo”, describió.
Coyuntura y antecedentes
Los encontronazos entre civiles y militares no son nuevos en Cuba, pero ocurren en medio de la peor crisis política y económica del castrismo, caracterizada por un agudo desabastecimiento de alimentos, medicinas, electricidad y agua potable, y una altísima tasa migratoria, que han “erosionado la credibilidad del gobierno y complican diariamente la tarea de gobernar”, admitió.
Aunque no son protagonistas de cara a la sociedad, exdirigentes cubanos han creado espacios de reflexión sobre la economía y han emitido valoraciones críticas sobre el rumbo del país, sin cuestionar la inviabilidad política del unipartidismo y la persecución de opositores; pero sus criterios circulan en limitados círculos de whatshapp y correos electrónicos y, para la prensa estatal, no existen; como tampoco concede espacios a los criterios de reconocidos economistas emigrados.
Un ex vicepresidente del Consejo de Ministros recordó que Raúl “liquidó” todo el entramado político y económico en torno a Fidel Castro. “¿A dónde fueron a parar CIMEX y Cubanacán, (Carlos) Lage, Felipe (Pérez Roque) y todos aquellos que podían limitar el poder de su grupo militar?”, se preguntó.
“El GAE es hoy el gran grupo que es porque se nutrió de los mejores activos creados por un grupo de compañeros, siguiendo orientaciones del comandante en jefe”, rememoró.
Un general de división (r) y que combatió a las órdenes de Fidel Castro en la Columna 1, en la Sierra Maestra, confirmó que “Raúl siempre se ha valido de chivatos” y recordó que, en los primeros meses de 1959, el entonces capitán Abelardo “Furry” Colomé Ibarra informaba, cada mañana, al actual general de ejército de las andanzas nocturnas de combatientes del Ejército Rebelde.
“Raúl llegaba temprano a Managua y allí lo esperaba Furry para contarle quienes habíamos salido, quienes habíamos vuelto al amanecer y si lo hacíamos borrachos o no”, detalló.
