Por Irán Capote ()
Pinar del Río.- Tener un café que no es café es el resultado de una economía que no es economía, de un país que no es un país. Y deberíamos estar tan orgullosos de ello que bien podríamos declararlo ya como Patrimonio Científico de la Nación.
Gracias al empeño de la ANIR y de nuestras principales productoras de café Hola, hemos conseguido la fórmula que nos hace exclusivos.
Pese al recrudecido bloqueo, nuestro Café cubano avanza y eso les duele
¡Chúpate esa, Colombia!
¡Ya tenemos un café que no contiene café! Necesitaron años y contingencias para conseguirlo. Hoy cobra sentido cada noche de desvelo, cada sacrificio para garantizar que el buchito esté en su taza, calentito.
¡Café Hola hoy es noticia! Cero por ciento de cafeína, 25 por ciento sucedáneo, 70 por ciento papel reciclado y tostado. (Recopilado por toneladas de cada archivo que la burocracia ha acumulado. Añejos de más de sesenta años) Cinco por ciento aroma de estiércol.
¡La felicidad inunda cada casa cubana!
Solo tengo una recomendación: Si ya tenemos un café distinto, novedoso, exclusivo… Pues ahora nos toca fabricar una cafetera que sea capaz de soportarlo. Sé que costará mucho la inversión, pero confío en el diálogo y las negociaciones entre las mipymes y la NASA en busca de alguna solución. Si ya es posible importar autos, también será posible importar cafeteras con tecnología de naves espaciales.
