Por Ghabriel Pérez
Holguín.- En un atrio de la Catedral de San Isidoro de Holguín se encuentra la primera estatua erigida a Juan Pablo II tras su fallecimiento, apenas a un mes de su muerte los artistas Henry Wilson y Héctor Carrillo hicieron esta obra-homenaje para la culminación del Primer Congreso Eucarístico de la Diócesis.
Ayer en la tarde fui a hacer la foto que acompaña a este texto y me tomé la atribución de colocar, en la punta inferior del báculo, la piedra que la Oficina mandó lanzar contra mi ventana.
Es obvio que algunas personas considerarán que exagero, que debo ser más mesurado, entre otras cosas. Pero yo insisto en considerar que si el responsable principal del régimen que hoy impera en Cuba no hubiera lanzado la maldición (¡la orden de combate está dada!), no estaríamos en estos instantes afrontando tales niveles de violencia.
¿Por qué Juan Pablo II y por qué la piedra?
Porque una de las mayores lecciones de amor y perdón al prójimo las dio ese papa. Porque para mí una de las fotografías más conmovedoras es la que nos muestra a Juan Pablo II visitando al terrorista que le había disparado en la Plaza de San Pedro. Porque confío en que el Santo Padre, con su báculo de orientar los caminos, apartará de mi mente esa piedra del modo eficaz, sabio y evangélico como saben hacer los elegidos.
Hasta aquí hablé de la piedra que rompió el cristal de mi ventana. Recuerden que hubo otra piedra, la que empotraron a fuerza de hombrazo en la puerta. Esa tendrá otra historia. ¡Otra historia! Pienso que la contaré pronto, tal vez en una directa, si Santa Madre Ettecs^ lo permite.
QUE DIOS AMPARE A CUBA.
PD/ Es obvio que no dejé la piedra a la vista. La quiero para el futuro Museo de la Disidencia… está enterrada en un sitio seguro.
Y gracias por tantas muestras de humanidad y valentía a partir del post de ayer, ¡tanta gente bella dentro y fuera de Cuba! BENDICIONES para todo el que pase por aquí.
PIEDRA PARA MUSEO
