Por Gretell Lobelle
Mantilla.- Se me pegaron las lentejas. Hablaba con la amiga que tanto bien me hace. Dice exacto y certero. Veo el intercambio en post entre ella y él con el tema del pianista, del influencer. Antes fue el tema Padilla, las recetas de plátano, los largos etc. Por cierto no quiero ver ningún post, ni ese, ni ninguno. He aprendido por fuerza mayor del desapego, de las distancia en cuerpo propio sin energías. Un dacapo doloroso del que me toca salir.
No sé de otras culturas ni de otros pueblos. Sé del mío, donde se despedazan el cuello y la piel como jaurías hambrientas los perfectos que nunca han pecado. ¡Qué placer infinito el del cubano de vivir en el pasado! Quizá por eso ya este pueblo no tiene futuro. Ahora seguro sacan el contra-tema y yo me pierdo unos días de este CDR porque estoy vibrando bajo, porque me roba mucha energía, porque importamos muchísimo menos de lo que creemos importar.
A Odalys, mi vecina, si se le pegan las lentejas, la estuviera oyendo decir el diccionario de pin… en todas sus acepciones. Para que entiendan: hay una gran diferencia para Odalys entre el pianista, las recetas de plátano y un caldero de lentejas que no se podrán comer.
Yo me aferro a las palabras de luz y de soporte de algún amigo. Me aferro al hecho que cuando alguien se me pierde de aquí (facebook) me mandan un mensajito por interno que están bien, entonces respiro tranquila. Me aferro a la socia que le descargo o me descarga de pincha y al final cuando soltamos todo el bodrio por la boca terminamos diciendo: «tranquila, tu tira pa’ca y suelta toa la mierda que te funde».
Na, a una se le queman los frijoles que hago la mayoría de las veces para otros, porque yo ni como frijoles, tiro esos quemados a la gallina y monto otra olla. Al final del día lo que quiero es tener frijoles para brindar y no ver, ni leer nada de noticias, ni de las mypimes, ni de la Diosa, ni del rapero, ni de ETECSA, ni de los desvergonzados que mastican maní y menos de las declaraciones del presidente.
Una es comemierda rente al culo y le sirven los afectos. El acto de dar. Ya entendió que su misión en la vida, su mediocielo es el amor. La sostienen cosas tan simples como que alguien está al tanto de esta asma de anoche, de perros. Admira a mucha gente haciendo por otros desde la bondad y el humanismo sin tanto ruido. Sabe que si no se reinicia y abraza el acto de desaprender nunca tendrá su paz propia.
Una debe entender la diferencia de quién pregunta constante, ¿cómo vas? Te extraña si no apareces, se implica, se ocupa y en ese acto constante es que se refleja el amor por el otro. La entristece algo tan simple como que no le den un buenos días, o que la desventaja de un humano se vuelva discurso más de significantes que de significados. Gente que solo depara en el otro cuando le es necesario.
No hay acto más estéril que esperar algo que nunca llegará. No es tan difícil comprender de afectos, de responsabilidad con el otro, con la existencia humana. El acto de soltar o retener no debería estar condicionado por tanto ego, egoísmo, por tanta necesidad de ser reconocido.
