EL DEFENESTRADO FELIPE PÉREZ ROQUE

SUGERENCIAS DEL REDACTOR JEFEEL DEFENESTRADO FELIPE PÉREZ ROQUE

Por Pablo Alfonso (Especial para El Vigía de Cuba)
México DF.- Felipe Pérez Roque apenas estuvo en los funerales de su papá. La muerte de su progenitor coincidió con la visita a Cuba del expresidente norteamericano James Carter.
El entonces Canciller de la Isla fue hasta la funeraria de Nueva Paz, en la otrora provincia de La Habana, donde velaban a su padre. Agradeció a los familiares, amigos y vecinos que fueron a cumplir con la familia Pérez Roque y se marchó para La Habana a disfrutar de la recepción preparada para agasajar al visitante. Allí comieron y bebieron lo que por muchos años le ha sido privado al pueblo cubano. Manjares que para qué te cuento.
Su padre debió haber sufrido la ausencia de su hijo, que según él, cumplía con su deber. Si bien es cierto que, desde el triunfo revolucionario, ningún otro mandatario de los Estados Unidos -o ex- había visitado la isla, era su papá quien había fallecido y no el vecino de la esquina. Me pregunto si valió la pena no estar a tiempo completo en el último adiós a su padre. ¿Acaso Raúl Castro tuvo en cuenta esa actitud de Felipe y le tembló la mano para sustituirlo del cargo?

Felipe Pérez Roque, era uno de los niños lindos de Fidel Castro y no de Raúl. Aunque de lindo, nunca tuvo un pelo. El guajirito de los Palos, Nueva Paz, olvidó su fealdad y tonta jeta y se coló en la cúpula del régimen cubano.
De Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria pasó a jefe de despacho del dictador cubano. ¿Que cómo llegó a Canciller? Sencillo: tronaron a Roberto Robaina por sus conversaciones clandestinas con Miguel Ángel Moratinos, el entonces ministro de Exteriores de España, y decir algo demás a la prensa extranjera, entre otras cosas.
Fidel y Felipe empezaron a buscar el posible sustituto. Nombres iban y venían, pero ninguno convencía. De repente, Fidel en su tono autoritario y sin derecho a réplica dijo: » lo tengo, ya sé quien es el nuevo Canciller cubano».
-¿Quién es? -preguntó, el perro bulldog.
-Tú -respondió el dinosaurio.
Así comenzó la era del primer miembro del gabinete cubano nacido después del triunfo de la revolución de 1959. Un tipo sin carrera diplomática. Una total falta de respeto a los graduados con título de oro y probada lealtad al Rey. Pero en Cuba, todo es así, fruto de la improvisación.

La amistad entre Fidel y Felipe cada vez era mayor, algo que a su hermanito Raúl, no le cuadraba. Felipe leía sus discursos en la ONU, convencía y los leía bien. Incluso, mejor que el actual presidente del país. Bueno, mejor que el puesto a dedo los lee hasta Paola Valeria mi sobrina de cuatro años.
Como Canciller, Felipe trató de buscar una política exterior estadounidense más abierta con Cuba. Pero Fidel enfermó. Raúl tomó el poder y siguió el guión que han mantenido los Castro durante 65 años: no confiar ni en su sombra.
Graban conversaciones y movimientos de sus propios aliados y cuando les conviene la sacan a la luz pública, como hicieron con Carlos Lage y Felipe Pérez Roque a quienes destituyeron por supuestos contactos que mantuvieron con el espionaje español.
Ambos dirigentes fueron acusados de deslealtad, abuso de poder y de revelar informaciones confidenciales. Hasta el propio Fidel Castro, en una de sus aburridas reflexiones, justificó la destitución de los dos y dijo: «el enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos… La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno».

Así valoró Fidel la entrega de ambos. Según él, no hubo sacrificio alguno. ¿Valió la pena ser tan carnero? ¿Valió la pena no ser honesto y enfrentarte al poder, solo por vivir bien?
El padre de Felipe, desde su lecho de muerte, le decía ese día: «hijo mío no te vayas, acompáñame en mi último día en la tierra, cuándo ya no le hagas falta, ellos te darán un patada y te botarán, en cambio yo te amaré eternamente».
Hoy Felipe Pérez Roque es un simple trabajador en una empresa de la construcción. Nunca más pudo viajar. Nunca más estrechó la mano de Fidel. A Raúl solo lo ve por la tele. Aún no se lo cree. ¡Remember Díaz-Canel!

Check out our other content

Check out other tags:

Most Popular Articles

Verified by MonsterInsights