Por Jorge Menéndez
Cabrils.- En Davos, un foro económico de mucho prestigio, le permitieron al payaso de Vladímir Zelenski ir a seguir presentando su fórmula de paz, lo mismo que lleva haciendo desde hace más de un año y por lo visto a pocos les interesa.
La fórmula Zelenski es un plan unilateral, sin tener en cuenta absolutamente los intereses de Rusia. Por ejemplo, pide garantías de seguridad para Ucrania, lo cual le fue negado a Rusia antes del comienzo de la guerra. Cuando Moscú las pidió por escrito a la OTAN y Estados Unidos, les fueron negadas. Ahora, de pronto Ucrania, quiere garantías de seguridad.
Kiev pide también la retirada de las tropas rusas de Ucrania. ¿Cómo se puede lograr eso sin la participación de Rusia?
Por otro lado, pide utilizar todos los fondos congelados a Rusia para reconstruir a Ucrania. En cuanto esto suceda Moscú tomará represalias y muchas instituciones financieras tenedoras de estos activos perderán su prestigio, con las consabidas consecuencias económica. Incluso, los tenedores de deuda estadounidense reaccionaran, y veremos la siguiente crisis.
En Davos hubo una persona muy clara, el ministro de Relaciones Exteriores de Suiza, Ignacio Klasik, quien dijo claramente que sin la participación rusa, como pretenden Ucrania y Occidente, cualquier acuerdo es inútil. Desde luego que países como India o China, además de Brasil, se desmarcaron de este tipo de estupideces.
El primer ministro de Gran Bretaña, Rishi Sunak, también se desplazo a Kiev a escenificar su «apoyo» a Zelenski, prometiéndole más ayuda y dándole garantías de seguridad si hubiera otra guerra con Rusia, lo que no aclaró fue si las tropas inglesas entrarían en combate.
Todo esto me recuerda a la retórica socialista: tú vete a trabajar, que yo, cuando termines, te ayudo. Muchos escenarios, mucho bombo y platillo pero la vida sigue peor.
Hungría propuso ayudar a Ucrania desde los presupuestos de cada país de la Unión Europea y no desde los presupuestos de la Unión en sí, y la UE amenazó a Budapest con quitarle el derecho al voto si no liberaba el dinero para Ucrania que tiene vetado desde hace tiempo. Sin embargo, esto no sera posible porque Eslovaquia no votará tampoco a favor de sanciones a Hungría.
Poco a poco, surgen en la Unión Europea dirigentes con otra visión diferente a la de Estados Unidos, que, por activa y pasiva, está llevándonos a una autodestrucción, a subidas de precio astronómicas, decrecimiento económico, deslocalización de empresas, inflación, desempleo. Y mientras esto sucede, después de haber sido el abanderado de bloquear la compra de petróleo ruso y de ponerle techo a sus precios, Washington, sin preguntarle a nadie, desde octubre adquiere petroleo a Rusia y sin limitar su precio, lo mismo que en su día hizo con los fertilizantes nitrogenados de los que dependen sus granjeros.
Así va la doble moral por el mundo.
