Por Andrés Dovale Rojas
La Habana.- Miente Raúl Castro al enarbolar la mentira, repetida miles de veces, de que a las tropas del Ejército Libertador no se les permitió entrar a Santiago de Cuba tras la rendición de la ciudad al Ejército Estadounidense el 16 de julio de 1898.
Quien prohibió a sus tropas la entrada a Santiago de Cuba fue el Lugarteniente General del Ejército Libertador Mayor General Calixto García en su Proclama de esa fecha, dictada en la Casa Verde, ese mismo día, para de inmediato presentar su renuncia (otras fuentes afirman que fue destituido por el Gobierno de la República en Armas y por el General en Jefe del Ejército Libertador).
En un acto celebrado en su honor, en ese mismo lugar donde han mentido el Tirano en Jefe y su heredero, Calixto García se disculpó por esos hechos y lo atribuyó a su impulsividad y su deseo de que la ciudad fuera puesta bajo su mando en esa ocasión.
Ningún licenciado en Historia, porque historiadores no tenemos, ha tenido el valor de aclarar estos hechos.
El ejército de Estados Unidos entró en Santiago de Cuba al siguiente día y con ellos entró nuestro Ejército Libertador, encabezado por el General de Brigada Demetrio Castillo Duany, quien había sustituido a Calixto García al frente del Cuerpo # 1 del Ejército Libertador, el que, por órdenes del Gobierno de la República en Armas y del General en Jefe, Máximo Gómez Báez, estaba subordinado al mando militar estadounidense durante esa Guerra.
