LAS DOS CARAS DEL GOBIERNO CUBANO

Por Jorge Menéndez
Cabrils.- Con tremendo descaro, el presidente Miguel Díaz-Canel anunció que «todos estamos de acuerdo en subir el precio de la gasolina». Y me preguntó ¿quiénes son todos? ¿Quién le dio el derecho de hablar por todos?
Una vez más, como si fuera el dueño del país, habla por todos. Se abroga el derecho a decir que siempre habrá aquellos que se aprovecharán de la situación para subir indiscriminadamente los precios de sus servicios, como si ellos, los gobernantes, no lo hicieran también.
Otra vez, como siempre, el malo es el pueblo. Ellos, los que año tras año se cargan el país, acusan a la gente que trata de sobrevivir como malamente puede.
Canel anuncia, además, que las pequeñas y medianas empresas importaron indiscriminadamente productos alimenticios con precios altos y que las mismas no aportan, con sus negocios, absolutamente nada para producir en Cuba. De tal manera, anuncian la subida de los aranceles para los productos de importación, aunque sean los alimentos, que el gobierno es incapaz de producir y, además, adelanta que les subirá a estas empresas el marco impositivo, lo cual hará que muchas, de facto, desaparezcan.
Esta historia es vieja ya. Cuando Fidel Castro autorizó el Mercado Libre Campesino, en un momento en que había amenaza de hambruna general, y después de que los campesinos le salvaron la situación, los aniquiló. Buscó el pretexto que quiso y terminó con las producciones en los campos.
La pequeña y mediana empresas le han ayudado a paliar el hambre en un momento muy puntual, han pagado los aranceles que corresponden y los impuestos establecidos, cuyo primer beneficiario es el enorme aparato estatal, cargado de burócratas por todas partes.
¿Qué representan los precios de las mipymes comparados con los que impone el Estado en su sistema de tiendas en MLC, los cuales muchas veces son hasta seis veces más altos que en otros mercados minoristas del mundo?
Ahí se demuestra la doble cara del gobierno. Ya tenemos el siguiente juego, como cada año, para el que viene, y que el pueblo cubano siga comiendo soga.