LOS LINEAMIENTOS

Por Jorge Menéndez
Cabrils.- El gobierno cubano decidió dar un volantazo a la fracasada tarea de ordenamiento económico y se traza otras prioridades, con el claro objetivo de ganar tiempo.
Ahora la prioridad es la estabilidad macroeconómica y para ello han impulsado la aprobación de nuevos lineamientos y la anulación de los aprobados previo al reordenamiento económico, dos estrategias que tan nefastos resultados trajeron.
Podría decirse que «rectificar es de sabios», pero la realidad es que, en aquel momento, y antes de aplicarlos, ya el gobierno sabía que aquello era una «terapia de choque catastrófica y mal aplicada», aunque desde el principio el ministro de Economía, Alejandro Gil, y su antecesor, Marino Murillo, lo negaran.
Su objetivo encubierto era sacar de escena al CUC y, sin mencionarlo, implantar el dólar en la red de tiendas, costara lo que costara.
Ahora, como no podía ser de otra manera, le dan un giro brusco al volante, porque están en un callejón sin salida, y una vez más nos hablan de un futuro promisorio, experimentando, sin el más mínimo análisis, sobre las espaldas de nuestra gente.
El gobierno prevé la restructuración económica y monetaria, dándole a la empresa socialista mayores facultades.
Insisten en más lineamientos para la estabilidad monetaria y comienzan a hablar de convertibilidad, cuando ni siquiera hay divisas para establecer un mercado cambiario. La creación de un entorno financiero, económico y fiscal para la reducción de la inflación, la recuperación económica y la estabilización del peso.
Ya nuestros ministros y diputados encontraron otro objetivo para justificar, en guayaberas y aire acondicionado, sus salarios.
Toda esta palabrería y buenos deseos no tiene un programa y no se atacan las decisiones trascendentales que el gobierno no está dispuesto a tomar para no perder el poder.
Me refiero a darle verdadera libertad a la pequeña y mediana empresa. De eso se olvidaron, porque solo hablan se la empresa socialista.
Tampoco hablan de las fuerzas productivas, las únicas que crean riqueza con lo que producen y que pueden darle valor al peso cubano, disminuyendo la inflación. Ese es el verdadero camino, pero ellos no están dispuestos a recorrerlo.
No hay otra fórmula para salir de esta miseria. Créanme, dentro de dos años, más o menos, estaremos nuevamente derogando los lineamientos que hoy se aprueban y echándole la culpa al bloqueo.
El señor Gil menciona la necesidad de desdolarizar la economía y tener un mercado cambiario estable y económicamente fundamentado. Pero eso es, precisamente, todo lo contrario de lo que hacen.
Fomentan la inversión extranjera, la cual, hasta el momento, no ha dejado frutos visibles, al menos tangibles para el cubano común, porque todas las producciones se venden en sus tiendas en MLC, fomentando una inflación sin precedentes.
En este contexto, vale preguntarse, cómo se puede generar un cambio, económicamente fundamentado, cuando el peso cada día se devalúa más y, por tanto, la inflación crece. Si hubiera un poquito de vergüenza, el señor Gil ya estaría destituido y en la cárcel, al igual que Murillo.
Lo que han hecho es estafar al sufrido pueblo cubano.