NO HAY DINERO PARA PERSEGUIR CRIMINALES, PERO SÍ PARA ACOSAR A LOS OPOSITORES

SUGERENCIAS DEL REDACTOR JEFENO HAY DINERO PARA PERSEGUIR CRIMINALES, PERO SÍ PARA ACOSAR A LOS OPOSITORES

Por Anette Espinosa
La Habana.- Una adolescente fue violada y asesinada en el poblado de Aguacate, en el municipio santiaguero de Palma Soriano, y el presunto asesino anda suelto, porque la Policía aún no ha podido dar con su paradero. No tienen carros, ni gasolina, incluso ni policías para buscar al autor de los hechos. Y la ‘agentura’ ya no trabaja como antes.
La familia de la víctima pide que los encargados de encontrar al violador actúen, pero los policías solo se cruzan de brazos, como diciendo «qué quieren ustedes que hagamos, si no tenemos cómo movernos». Los carros no tienen combustible ni gomas y no hay tantos agentes como para encargar a varios para rastrear al criminal, aunque se trate de Palma Soriano, uno de los lugares de Cuba que ha dado más policías. Y La Habana puede dar fe de ello.
Para encontrar al asesino de Dorka Velázquez no hay dinero, no hay policías y no hay carros, pero 800 kilómetros al oeste todo eso apareció, y por cantidades, para perseguir, detener, y devolver a La Habana a cuantos quisieron participar en el juicio contra Alina Bárbara López Hernández, la profesora matancera que le ha plantado cara al régimen de forma pacífica y tiene descolocados a sus dirigentes, que la ven como una amenaza y el posible germen de un futuro estallido social, algo que temen desde hace mucho tiempo.
Para impedir que Alina Bárbara tuviera apoyo, gastaron dinero, hombres, autos y combustibles para vigilar a los que llegaban por ferrocarriles y por carreteras. Establecieron puntos de control en la Vía Blanca para revisar vehículos e impedir que pasaran, y los que consiguieron llegar a Matanzas, los devolvieron luego a La Habana, en una carrera de relevos con autos policiales y varios agentes como custodios.
A uno de ellos, Jorge Fernández Era, luego de cambiarlo de auto hasta en varias ocasiones, lo escoltaron cuatro personas hasta la capital. Tan peligroso pareció el periodista que en el último trayecto le pusieron gendarmes a cada lado, y hasta lo increparon. No fue el único de los casos. Hubo más y en El Vigía de Cuba los hemos descrito en los últimos días.
Entonces, me puedo preguntar cómo tienen dinero para el despliegue de agentes en el caso de la profesora e historiadora Alina Bárbara López Hernández y no para perseguir y encontrar al hombre que violó y degolló a la adolescente en Palma Soriano.
La respuesta es sencilla: no hay recursos para proteger a la población, al que trabaja, al que genera los fondos que el gobierno administra como se le ocurre, pero sí que hay para perseguir a los que piensan diferente, a los que no comulgan con la dictadura, a los que levantan la voz, aunque no tengan eco. Para intentar someterlos, chantajearlos, golpearlos y encarcelarlos, hay de todo.
El caso de Dorka Velázquez no es aislado. Los crímenes, sobre toco contra las mujeres, se han multiplicado en Cuba en el último año. También los robos y los asaltos, que muchas veces incluyen la muerte del asaltado, pero la policía se limita a sus cuarteles y a algún recorrido nocturno, porque no tienen autos o no tienen combustibles. Incluso, porque no hay personal para las guardias.
Así anda Cuba. A eso la ha llevado el castrismo, que, aún así, se aferra en hacerle ver a la población que avanzamos, que vamos por el camino correcto, solo que cuando hablan en primera persona del plural se refieren a ellos, a la clase dirigente, formada por los que llevan el apellido Castro, heredado de Birán, y algunos cortesanos.

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