Por Jorge Sotero
La Habana.- Las cosas de Cuba son una locura. Y se lo voy a explicar y a demostrar con una foto y un vídeo. Para que vean que no hablo por hablar, como pudiera pensar alguno.
Al grano: hace un par de días vi ‘Cuadrando La Caja’, ese programa de televisión al que suelen invitar a personas vinculadas al gobierno para hablar de cualquier tema trascendente, o todo lo contrario, y donde casi siempre lo resuelven todo. Ese día estaba el intendente de La Habana Vieja, y también el bufón de Paquito el de Cuba, ahora diputado a la Asamblea Nacional.
Recuerdo que intendente es sinónimo de alcalde, pero este último nombre lo cambiaron desde arriba para no vincularlo con la corrupción, porque eso de alcalde no le sonó muy bien a alguno. Pues bien, el intendente de La Habana Vieja, Alexis Acosta, uno de los panelistas, comentó en algún momento que su municipio no es lugar de microvertederos y que aquellos que se forman en algunos sitios, están más vinculados con la falta de disciplina de la población que con la gestión gubernamental.
Dijo que «si los vecinos sacan la basura cada día, en el horario establecido, entre las seis de la tarde y las 10.00 de la noche, no habría ni micro ni macrovertederos. Claro que es mentira. Él lo sabe y no tuvo pudor a la hora de decirlo. En este municipio hay lugares con basura de hasta una semana y no pasa nadie a recogerla. Aunque, claro, las zonas de los hoteles y el turismo están excluidas. Por ahí pasan los vehículos colectores cada día.
Pero pensemos que es verdad, que es tal como lo cuenta Alexis Acosta, y que La Habana Vieja sea poco menos que el paraíso terrenal, el lugar más limpio de Cuba, y por supuesto de la maltrecha capital de todos los cubanos. Pues bien, a solo unos centenares de metros de allí, en Zanja y Salud -¡vaya ironía!- hay un vertedero enorme, a donde han ido a parar todo tipo de desechos.
Acosta no ha sido capaz de comentar sus experiencias con el intendente de Centro Habana para lograr que en el vecino municipio los habitantes hagan lo mismo con la basura, y todo permanezca limpio, aunque los microvertederos en esa parte de la ciudad, incluso al lado del Hospital hermanos Ameijeiras, están a la orden del día.
No hay que mentir. No hace falta. Porque los que vivimos en La Habana sabemos que un microvertedero se puede formar en cualquier momento y sobrevivir días, semanas y hasta meses, sin que las autoridades hagan lo necesario para que desaparezca. No tienen camiones ni petróleo, dicen los delegados, pero hay combustible y autos para reprimir, para los viajes de los jefes de una punta a otra del país, o para que el intendente de La Habana Vieja, que vive en Guanabacoa, se vaya a Varadero el fin de semana.
No hay vergüenza entre quienes gobiernan en Cuba. Acá les dejo la foto de la infamia, la prueba fiel de que lo de ‘Cuadrando la caja’ es una mentira más. Una, como tantas otras a las que nos tiene habituado el castrismo.
Y no puedo olvidar que por la crisis con el papel higiénico, los alimentos y otras cosas indispensables, Cuba puede ser ahora mismo el país del mundo que menos desechos genera.
