Por El Estado como tal
La Habana.- Los “fraccionamientos” de la menguante canasta familiar no son principalmente causados por problemas de logística y de baja disponibilidad de divisas, los cuales surgen de fallas profundas y de largo plazo del sistema económico.
Fenómenos circunstanciales y geopolíticos ciertamente han impactado precios, el acceso a importaciones y los ingresos en divisas, pero lo que no dice el relato oficial es que las “tensiones” de divisas resultan de una inadecuada inserción internacional de Cuba.
La estructura exportadora, más las remesas e inversiones extranjeras no son suficientes para generar las divisas que permitirían compensar con importaciones el descalabro de la producción nacional de bienes de consumo, principalmente de alimentos.
La “benevolencia” social de la insuficiente canasta básica normada se enmarca en un modelo que tradicionalmente priorizó reducir la inflación a costa de generar escasez, pero el margen de gestión de la “inflación reprimida” voló en pedazos con el “ordenamiento”.
El esquema actual de abastecimiento combina un muy insuficiente racionamiento básico a bajos precios, en alto grado importado, con una reducción del poder adquisitivo en los demás mercados debido a la alta inflación y los bajos salarios medios y pensiones.
