Por Mkc Cerralvo
Santa Clara, Villa Clara.- Por allá por los 2000, no recuerdo exactamente el año, yo terminaba la Universidad y mi hermano estaba becado en uno de los preuniversitarios del Yabú, como se le conocía. En nuestro país, había crisis con el combustible y mi brother llevaba tres fines de semana sin poder salir de la escuela y había que ir a verlo. Entonces ocurrió lo inesperado.
Ese sábado, se iba a realizar una “Tribuna Abierta” en la provincia de Sancti Spíritus y apareció una caravana de ómnibus, con más de 60 guaguas. Venía de La Habana por toda la autopista, vacía, a recoger personal en la provincia de Villa Clara para llevarlos al importante acto.
Fueron por varias escuelas, universidades, personal de la UJC y demás, buscando los “motivados estudiantes” para su asistencia. Así llegaron las guaguas al Pre de mi hermano, no precisamente para el pase, recuerden que no había combustible.
La interminable caravana se iba armando en la circunvalación de la ciudad, con varios carros y motores policías que la escoltaban, además de las debidas ambulancias por si ocurría cualquier eventualidad.
Cuando estuvo conformada, partió para su destino a unos 90 km de distancia. Llegando al final del trayecto, la guagua de mi hermano se averió, y por no arreglarla de inmediato, tuvo que abandonar la caravana. Todos los viajeros se perdieron el “famoso acto”, solo pudieron esperar que regresara la caravana y sumarse a ella para volver al lugar de partida.
Al llegar a la escuela, los ómnibus que los habían movido los dejaron y partieron nuevamente hacia la capital del país, en otra caravana, vacíos, volviendo a hacer el trayecto de 300 km más.
Pero la sorpresa de mi hermano y sus compañeros de estudio fue cuando les informaron ese mismo día sábado, que no se podían ir de pase, porque no había combustible, después de ver cómo cada guagua recorría más de 1000 Km para llevarlos a un acto.
Historias como estas todos hemos vivido muchas, se conocen de todo tipo, tamaño y color. Lo que me extraña es que muchos se pregunten: ¿qué se ha hecho en la historia de nuestro país con el dinero y con los recursos?
¿Por qué no se utilizaba todos esos recursos en algo que reportara ganancias a la economía, mejoras reales al pueblo, renovaciones a las decadentes infraestructuras de cualquier cosa o, simplemente, dar un pase a los estudiantes?
Creo es una de las principales causas de que hoy estemos “tan bien”. El dinero y los recursos no eran lo importante, lo realmente valioso era que teníamos Tribunas Abiertas que reafirmaban nuestros principios, nuestra Ideología y nuestro Apoyo al proceso revolucionario.
Y al parecer, como se acabaron esas tribunas tan importantes, hay jóvenes que se quedaron con las ganas de seguir asistiendo y se han ido del país, a buscar por el mundo otro lugar donde las hagan para poder volver a reafirmar y ratificar sus principios y su compromiso con la Revolución.
