NOS MUDAMOS PARA PALMA SORIANO (II)

SUGERENCIAS DEL REDACTOR JEFENOS MUDAMOS PARA PALMA SORIANO (II)

Por Jorge Sotero
La Habana.- No tengo más remedio que responderle a mi amigo Oscar Durán, y a su propuesta de mudarse de su querida Moa -aunque él ama cualquier lugar, porque donde quiera que se encuentra una novia, para allá se muda- y decirle que me busque un lugar en Palma Soriano, que yo también me voy a vivir a la tierra de Antonio Pacheco y Orestes Kindelán.
No había leído lo que publicó Sierra Maestra. Bueno, tampoco lo leo nunca. Y estoy seguro de que no me pierdo nada por no hacerlo, pero cuando descubres que en un lugar de Cuba se vive como cuenta el órgano del Partido Comunista en la provincia de Santiago de Cuba, no puedes menos que reflexionar, y tomar una decisión. Y por si acaso, estoy esperando a que los niños lleguen de la escuela para comunicarles mi determinación.
Hay que irse para Palma, que allá se vive mejor que en el Palma de Mallorca, porque allí, según el periodiquillo de marras, sobran los alimentos. Tan bien han organizado los dirigentes de aquel municipio las cosas y tan buenos resultados les ha dado, que hasta el propio Pacheco debe estar halándose los pocos pelos que le quedan, allá en los campos de entrenamiento de los Yankees de Nueva York, cerca de Tampa, porque lamenta haber dejado atrás esas bondades que les ofrece el terruño a los que se quedaron.
Kindelán, que vive hace mucho en la capital provincial, también quiere regresar, y todos los policías que son de aquel lugar y que viven y trabajan en La Habana, van a volver. Comenzará el desfile en sentido contrario desde este miércoles, pero antes tienen que encontrar un transporte que los lleve, porque no crean que les resultará fácil volver con esas cosas que ellos llevan a cuestas: lavadoras y refrigeradores rusos, fogones INPUD, y todo lo que han esquilmado en años robando en la capital y los alrededores.
El que escribió la nota para Sierra Maestra cree que dijo algo importante al referirse a las 30 hectáreas sembradas de yuca, boniato, plátano y maíz, con alguna vaquería intercalada para tener leche fresca en lo que llama Polo Productivo de Ribery. Cuando leo eso me quedo loco. No tienen ideas de lo que son 30 hectáreas: dos caballerías de tierra. Hubiera sido mejor que no dijera nada.
Proyectos similares se desarrollan en otros lugares del municipio como en la llamada Rivera del Cauto, donde posiblemente no tengan ni cómo extraer el agua del río para regar las plantaciones; además de otras zonas, como las limítrofes con San Luis y Mella.
Nada, que ahora mismo, con esa situación con los alimentos, los que dirigen el municipio tendrán que abrir microbrigadas, porque la inmensa mayoría de los cubanos, que se mueren de hambre literalmente, querrán hacer sus maletas y mudarse al lugar, como hacían antes desde muchas partes de Cuba a cortar caña.
Esas cosas que dice Sierra Maestra no se las cree nadie en el municipio, ni en la provincia, ni en la vecina Granma, ni tampoco los orientales que viven en La Habana y que saben que aquel pedazo de tierra nunca alcanzó para abastecer a nadie, sobre todo porque los palmeros no son los más laboriosos del mundo. Pero hay una orientación del Departamento Ideológico de limpiar la imagen del país y de sus gobernantes, y en Santiago son pioneros en eso de seguir las orientaciones.
Eso sí, tengan cuidado, porque se puede morir alguno de hambre en esos lugares donde los alimentos son tan abundantes que amenazan con cubrir toda la tierra, hasta donde da la vista.

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