Por Anette Espinosa
La Habana.- Una doctora en Las Tunas alerta sobre los riesgos de adquirir insumos médicos en el mercado negro, por el déficit que hay en el país y ante la urgente necesidad de la población de encontrar soluciones a sus problemas, entre ellos los quirúrgicos. Pero después, son los mismos galenos los que exhortan a la población a comprarlos.
La doctora Marianela Zapata Romero, directora del Hospital General Docente Ernesto Guevara, de Las Tunas, dice que «este déficit que tenemos hoy de insumos hace que las personas quieran comprar en la calle insumos» y aclara que «no es un capricho del Ministerio no recibir esos recursos: es una cuestión de seguridad».
Sus palabras pueden entenderse, sobre todo si los centros médicos o los salones de operación contaran con los medios e insumos necesarios para hacerle frente a los problemas de salud de la población, pero no es así: escasean todos los medicamentos, incluidos aquellos para controlar la presión arterial. Y cuando llegan a las farmacias, solo venden la mitad de los que necesitan los pacientes, por ejemplo.
Para una operación cualquiera, te piden todo, desde el bisturí hasta el hilo, pasando por los apósitos y el esparadrapo, incluso hasta las mallas para el abdomen en caso de que la intervención quirúrgica lo necesite. Para las de la vista solicitan hasta los lentes.
Y mis preguntas a la doctora Zapata son sencillas: ¿Qué puede hacer la población en estos casos? ¿Tienen que tirarse en una cama a esperar la muerte sin hacer algo por mejorar su vida? ¿Tienen que esperar a que el Ministerio de Salud, cuando se le ocurra, resuelva la situación?
El problema no lo tiene la doctora Zapata, ni el ministro de Salud, y mucho menos los que gobiernan en Cuba. Lo tiene la población, Liborio, el que trabaja, el que sufre penurias por la incapacidad del gobierno de resolver los problemas más acuciantes de la gente.
En estas mismas páginas denunciamos recientemente el pedido de un cirujano a un paciente para poder operarlo. Y un primo mío se operó recientemente de una hernia y tuvo que llevarlo todo, y encima de eso hacerle un regalo al doctor y al equipo que lo acompañó en el salón quirúrgico.
Partiendo de estas cosas, es difícil entender el llamado de la doctora Zapata, en el sitio en internet Visión Tunera, quien quiere evitar accidentes en el acto quirúrgico, pero los seres humanos siempre corremos riesgos, porque, ante todo, queremos sobrevivir.
Eso sí, dice que el Ministerio de Salud debate mecanismos para darle entrada a los recursos de manera segura, algo que esperan resolver antes de que termine el año, pero desde ahora les voy a adelantar que no lo resolverá, que no habrá insumos, ni medicamentos, ni material quirúrgico, y que los médicos seguirán pidiéndolo a los pacientes, porque no hay otra solución.
La salud en Cuba no es una prioridad, por más que lo cacareen por ahí sus dirigentes, por más que algunos de los médicos se nieguen a aceptar que el sistema ha colapsado, como sucede con la Educación, el Deporte, los medios de Transporte, porque Cuba es un país fallido.
No habrá solución para los alimentos, para atender a los niños con problemas, a los ancianos vulnerables, para los que necesitan atención médica especializada, porque el país no tiene dinero, razón por la cual no pueden comprar allende las fronteras, entre ellas las de Estados Unidos, aunque el presidente de turno y su cohorte de vocingleros diga que la causa principal es el bloqueo. Si Cuba tuviera dinero, no habría bloqueo, pero un país improductivo no encontrará jamás la forma de generar divisas.
En fin, el llamado de la doctora Zapata, desde Las Tunas, a no apelar a los insumos médicos que traen personas naturales del exterior y que luego se venden en el mercado negro, no llegará a ninguna parte, porque la demanda de estos es cada vez mayor en un país donde no hay ni duralginas para los dolores de cabeza o las fiebres.
