JOSÉ, EL PINTO, Y OTROS HOMBRES DEL COMANDANTE

SUGERENCIAS DEL REDACTOR JEFEJOSÉ, EL PINTO, Y OTROS HOMBRES DEL COMANDANTE
Por Carlos Cabrera Pérez ()
Madrid.- Las crónicas de indios (lease PCC y Seguridad del Estado) cuentan que «Cuba lamenta» la muerte del general de brigada (r) José Castro Delgado, exjefe de escolta de Fidel Castro, cuando lo que queda de nación se duele de la barbarie comunista y no del fallecimiento de un señor desconocido para la gran mayoría.
José llevaba más de dos años vegetando, algunas fuentes hablan de alzheimer y visiblemente deteriorado, fue jubilado entre 2008 y 2009, junto con la mayoría de la escolta de Fidel Castro, que se quedó aislado en Punto Cero, con Marcos (jefe del grupo), Eduardito, algún escolta más, médicos y fisioterapeutas.
Su hija Maura se suicidó hace unos meses en La Habana, tirándose del balcón del apartamento donde vivía; en 11 y 10, en el Vedado. Su hijo, que llegó a jefe de Contrainteligencia de la Seguridad Personal, cuidó a su padre hasta su fallecimiento este miércoles.
El mérito de José fue entender el deseo de Fidel de que el primer anillo de la escolta actuara y viviera como una «famiglia», que era uno de los ingredientes ideológicos del jesuita verde olivo. Pero José limitó la famiglia a los históricos de Cojímar y 11, quienes se protegian mutuamente y tapaban pecados de alcohol en horas de servicio y queridas varias.
José, el Pinto (así lo llamaban y no confundir con Elvis Fontaine, el colorao; a quien también algunos llamaban Pinto y que sigue vivo y jubilado en La Habana) fue el hombre que más tiempo aguantó en el cargo, que oficialmente se denominaba: Jefe del grupo operativo de la escolta de FC, así figuraban en las nóminas del MININT.
José y Cesáreo Rivero Crespo fueron los promotores directos del truene de Mainet, al pedir una reunión con Fidel a quien contaron sus desmanes y prepotencia, sustituyeron en el cargo a Domingo Mainet Rodríguez, un tipo valiente -una vez se lanzó sobre una granada de humo que el gallego Manolo Díaz González (general de división retirado) lanzó para probar al entonces escolta, pero con el peor carácter del mundo y que generaba constantes enfrentamientos internos entre guardaespaldas y con los vecinos de 11 e/ 10 y 12, donde residía Celia Sánchez, que más de una vez lo regañó por enfrentarse con los niños del barrio; a quienes pretendía prohibirles jugar a las bolas o las cuatro esquinas.
Fidel aprovechó el relevo de Mainet para establecer oficialmente que el jefe de su escolta sería él mismo, coordinado con José y Cesáreo, pero la fórmula no funcionó del todo y el recientemente fallecido se quedó como jefe de grupo y Cesáreo de segundo, pasando a las oficinas del mandatario en palacio, donde siguió fumando.
Mainet acabó mal porque, ya fuera de la escolta, un patinazo de su Lada frente a la SINA se llevó por delante a un custodio cubano, que murió por el atropello, y fue a parar a Ganuza, una cárcel con módulo para guardias castigados.
Antes de Mainet, pasaron por el puesto Pedro Rodríguez Vargas, que llegó a general y jefe de la Seguridad Personal hasta el verano rauliano-saturniano de 1989; José Abrantes Fernández, que compartió la tarea con Alfredo Gamonal, quien falleció en un accidente automovilistico en la carretera del central Australia, en Matanzas, quedando Pepe Abrantes como único jefe de escolta hasta que Fidel lo promovió a viceministro del MININT.
Y antes de Vargas y del dúo Gamonal/Abrantes (ver fotos de Girón) fueron jefes de escolta (desde entonces y hasta el exilio en México): Armandón, una mole humana, que acabó como técnico de aire acondicionado, Francisco «Paco» Cabrera, que resultó degollado por una de las hélices del Bristol Britannia en el aeropuerto de Maiquetía.
Algunas fuentes atribuyen la caída en desgracia de Armandón, pese a que acompañaba a Fidel desde la Sierra Maestra, a que el «jefe» se les perdió un día en La Habana y fue encontrado por el sacerdote Carlos Manuel de Céspedes García-Menocal, rezando en la iglesia de Reina, de rodillas y solo. El cura avisó a Celia y Armandón fue separado del cargo. Pero no he podido contrastar este extremo.
Y antes del malogrado Paco Cabrera, estuvieron cuidando a Fidel, Juan Almeida Bosque, Ramiro Valdés Menéndez, Cándido González, Universo Sánchez, Enio Leyva y Rafael del Pino (no confundir con el aviador),
En paralelo a los grandes nombres, existió una estructura de Seguridad Personal -que en su época de esplendor llegó a tener 10 mil efectivos; hoy deben ser mucho menos porque no hay plata pa tanto killer, copiada en algunos aspectos de Estados Unidos, en la que desempeñaron diferentes responsabilidades, Tony Briones Montoto (rescatado por Enio Leyva del ICAI para SP), José Luis Dominguez Huerta, Arnaldo Ochoa Sánchez (ver fotos del viaje de FC a Perú, Chile y la escala en Ecuador, donde Tomás rompió a patadas una vidriera porque no le dejaban acceder adonde estaba Fidel con su anfitrión.
Aparte de los ya citados, Mayedo (no recuerdo su nombre) era el jefe de la técnica de Seguridad Personal, el coronel Roque Núñez Fernández era jefe de Operaciones y Miguel Ángel Duconge Cuello (El Chino), que venía con Fidel desde la Sierra Maestra, y se desempeñaba como jefe de la guarnición de 11, en el Vedado, desmantelada por Raúl Castro y cuya garita de la esquina con 12, se derrumbó por el deterioro.
Hasta entonces, ese tramo de 11 estuvo cortado al tráfico y con centinelas armados en ambos cruces y con potentes reflectores, pero hoy es una calle normal, aunque siguen viviendo antiguos miembros de la Seguridad Personal, funcionarios y empleados de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, como el legenadario capitán Pacheco, y jefes y técnicos de planes genéticos priorizados como «Niña Bonita» o Valle de Picadura, entre otros.

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