¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA SUSPENSIÓN DE LAS RENDICIONES DE CUENTA?

SUGERENCIAS DEL REDACTOR JEFE¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA SUSPENSIÓN DE LAS RENDICIONES DE CUENTA?

Por Jorge Sotero
La Habana.- Podrá haber alguno medio tonto que sea dirigente en Cuba, pero no todos. La gran mayoría son habilidosos personajes que intentan exprimir al máximo su situación, y saben muy bien las consecuencias de un proceso de rendición de cuentas en la situación actual de la isla.
Ante todo, partamos de que las rendiciones de cuenta jamás han resuelto nada y la inmensa mayoría de los llamados electores no asiste, porque lo considera una farsa de mal gusto, una reunión en la que el gobierno manda al ruedo a alguien que no tiene poder alguno, ni capacidad para resolver o informar.
Está diseñado así: el delegado se planta, todo nervioso, ante el populacho, que casi siempre forman los militantes del núcleo de jubilados y cinco o seis más que solo tienen la intención de meter el dedo y hacer quedar mal a los organizadores de la reunión, cuyo conductor no quiere salirse ni un milímetro de la pauta que le establecieron.
Pero en la situación actual, los gobernantes saben que esas reuniones se pueden convertir en improvisadas tribunas para que la población hable mal de la gestión del gobierno del municipio o la provincia, y los problemas con las calles, el alcantarillado, el agua, los alimentos, los hospitales y las escuelas. A los que planteen esos problemas, les pueden dar respuesta: el bloqueo es cada vez más férreo.
Sin embargo, cuando algún elector se cuestione al gobierno central: la gordura desmesurada del primer ministro, Manuel Marrero, el inglés aborrecible de Díaz-Canel, o las pretensiones de Lazo de decomisar todo en lugar de abrir caminos a la economía, no tendrán respuesta.
Tampoco sabrán qué decir cuando les cuestionen sobre los apagones, la escasez de comida o combustibles, o el ensañamiento con la electricidad en algunas regiones, dando prioridad a la capital, por encima del resto del país. Y muchos menos tendrán cómo responder cuando alguien quiera saber cuáles son los programas para ponerle freno al crimen, a los feminicidios, o a la corrupción.
Por esa razón, aplazaron para el año próximo las asambleas de rendición de cuenta, aunque esa es la versión nuestra. La de ellos, según la agencia oficialista Prensa Latina, «responde a la actual situación que atraviesa el país con la generación eléctrica, el uso de combustible y la afectación de servicios vitales para la población, que pudiera afectar el cumplimiento de los objetivos del proceso».
El referido medio, que cita una nota de la Asamblea Nacional del Poder Popular, adelanta que «el proceso ya no se realizará entre 15 de octubre y el 30 de noviembre del actual año, como estaba previsto, sino en el primer trimestre del 2024».
También dice que «para suplirlo, subrayó el texto, los presidentes de las asambleas del Poder Popular en cada municipio establecerán las coordinaciones necesarias con las entidades administrativas que corresponda para, en lo que resta del presente año, liberen de sus funciones laborales a los delegados, cuya actividad laboral lo permita», con el objetivo de «en conjunto con las organizaciones políticas, de masas y sociales, los delegados deben incrementar su vínculo y atención permanente con sus electores».
En fin, que no habrá rendiciones de cuenta, porque la dictadura no quiere riesgos, no quiere líderes, y en esos escenarios, por pequeños que sean, puede aparecer alguien y poner a pensar al resto de los vecinos. Así de claro.

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