Por Juan Carlos García Guridi
Batabanó.- Nacido el 31 de julio de 1933, en una finca conocida con el nombre de «Los Lugos», Ignacio Esther Lugo Cruz fue un destacado improvisador batabanoense que desde niño desarrolló sus dotes en los alrededores del caserío El Sopapo.
En compañía de sus hermanos, cuñados, amistades y parientes se inició en la música campesina participando en serenatas que tenían lugar en los diferentes barrios de la zona. Los vecinos de Pozo Redondo, La Gía, La Rosita, Cobarrubias, La Guarina, Cardona, Azcárate y otros pequeños sitios aledaños fueron testigos de sus dotes (también Güines, Melena del Sur, Guara y Quivicán).
Ya adulto y con problemas de salud, se ve obligado a abandonar el trabajo en el campo y comienza a laborar en el Mercado Único, en la Habana, donde continúa cultivando la poesía, participa en guateques y conoce a muchos improvisadores de prestigio. Por su bella voz es llamado «El Poeta Melodioso» y sus colegas lo instan a no abandonar el canto. Es invitado a conciertos y programas radiales, y forma parte del Bando Rojo.
Entre otros grandes sostuvo controversias con Patricio Lastra y Justo Vega. Muchos fueron los pueblos que disfrutaron de su décima sencilla y de la exquisitez de su tonada. Miembro de una familia con una larga tradición repentista, lo conocí ya septuagenario; era una anciano amable, caracterizado además por la elegancia en el vestir, casi siempre acompañado por una sombrero de ala corta. Falleció en 2002 a los 90 años de edad, en fecha que no consigo precisar.*
Décimas dedicadas a su hermano Clodomiro «Cloro»:
En honor de tu persona
hago este recuento, Cloro,
hoy que en tu caballo moro
correteamos esta zona.
Voy a El Sopapo, Cardona,
Zayas, La Julia y La Guía
y no se me olvida el día
cuando en Cárdenas cantamos
y donde nos consagramos
ases de la poesía.
***
Por esa misma cadena
de armonía familiar
cantamos en El Tejar,
Pedroso y La Filomena.
Camacho vivió la escena
de su mejor canturía,
cuando tu voz y la mía
usaron de su costumbre
dándole a la muchedumbre
gusto, placer y alegría.
***
Háblame de tu corcel,
mejor dicho, tu caballo,
ágil, veloz como un rayo,
todo superior en él.
Pedro Pablo e Ismael
y el mismo Pango Montero
se ajustaban el sombrero
para ver si nos seguían
pero mientras más corrían
el tuyo era más ligero.
(Las imágenes son cortesía de Jorge Bárcenas Lugo).
