SOLILOQUIUM YORUBÁ

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Por Gretel Lobelle ()
La Habana.- En el 2000 empezaron mis primeros encuentros directos con el culto Yorùbá. Ese año «recibí los guerreros», ceremonia donde se reciben las deidas Eleggua, Oshosi y Osun. Había entendido que por esa religión andaba mi relación con él o lo supremo. En el 2003 recibí cofá (para las mujeres, mano de Orula pa los hombres) en ceremonia de iniciación en esta religión desde la práctica criolla.
Venía de una familia anglicana practicante. Debo decir que prefiero el sistema que sustenta el culto anglicano muy parecido al católico. La homilía católica me es agradable y me trae mucha paz. Como soy rebelde desde el útero, la institucionalidad es lo que no me cuadra en nada o casi nada. Mi familia materna era católica. De niña crecí entre vasos espirituales, velas y flores, figuras e iconos de Virgen de la Caridad, Santa Bárbara, San Lázaro, bóvedas y guano bendito detrás de la puerta. Hasta hoy tengo la costumbre de besar el pan que voy a botar, cosa que me enseñó mi abuela, costumbre arraigadas que tienen significado en su significante religioso.
En la época que viví en el seminario evangélico de teología de Matanzas, por esa inquietud de saber y buscar explicaciones, oí por primera vez la palabra hermenéutica. Años después entendería el aporte de métodos que vienen de la religión, a otras ciencias o disciplinas. Yo nunca creí que Jesús multiplicara panes y peces.
Uno de los regalos más grande de la vida ha sido mi padre putativo (padrastro), ministro episcopal y uno de los teólogos más importante de América Latina. Sus disertaciones sobre religión, sociología de la religión y teología de la liberación, filosofía, sembraron en mi bases éticas que agradezco infinitamente. Más de una vez me han salvado en la vida, en exámenes, artículos, tesis y trabajos a lo largo de mi formación profesional.
Lo cierto es que mi familia nunca me obligó a practicar una u otra religión. En medio de una casa religiosa donde se celebraba cada fecha, se iba a misa, se hablaba y se disertaba entre profesores y estudiantes de teología, yo siempre fui folclórica. Mis viajes a la casa materna eran “voy pal círculo de estudio”. Una cosa me distingue como persona de fe, mi comunión con ese Dios o deidad superior está mediada por una práctica personal, es decir mis Orishas a mi manera.
Por eso me negué a bautizarme por lo católico o anglicano. Si yo no me sentía identificada con ese culto que hacía iniciándome. Ahí se cagó la perra, empezaron algunas cosas a olerme a quemao, cuando me dijeron los yorubas que tenía que bautizarme pa coger cofá. Me negué rotundamente y seguí en mi práctica personal y apropiación de elementos de ese culto. Sabía que iba a encontrar algún acomodo. Siempre me pregunté que tenía que ver el culo con la llovizna.
Por azares de la vida se empezó a desarrollar en el archipiélago, una práctica singular (perdonen mi visión del asunto, no soy estudiosa del tema) más a lo nigeriano, tradicionalista como dicen en el argot popular; por eso entre practicantes hoy preguntan, ¿tú eres criollo o nigeriano? Les juro que darle una explicación al fenómeno no es lo mío, por ahí alguien deberá tener ya sus investigaciones y estudios etnológicos con artículos escritos.
Me inicié por los caminos que dictan los tradicionalistas. Nunca entendí por qué no podía andar desnuda delante de mis deidades, si eran las mías. Al final esos negros andaban encueros y los diferentes òrìṣà eran parte de su vida cotidiana, cosa que me encanta: los òrìṣà son singulares y plurales según contexto. El tabú de la religión, cualquiera que sea, es lo que me limita. Me limitan los tabú en general.
Por suerte mi padrino, bàbà de IFA, es un tipo pasao de liga. Estudioso de lo religioso y también de lo científico. Nos hemos enredado en conversaciones de astrología, mareas, biblia, parasicología, física matemática. En las ciencias están muchas explicaciones y a mí eso me cuadra y el hombre no se limita solo a la sabiduría de IFA sino a la sabiduría en IFA. Me cuadran los babaláwo de mi casa religiosa, porque uno se sienta a hablar con ellos y hay diálogo en igualdad de condiciones, sin discriminación. Me abruma el machismo de la religión Yorubá, también el fanatismo, por eso mi padrino hace sus adivinaciones, sus egbó pero te dice antes, ¿ya fuiste al médico?, o te suena a raja tabla lo que te toca es egbó de conciencia y disciplina, el más difícil, que es lo mismo que a portarte bien. Matar gallina y echar rezo a la gente le es más fácil, lo jodido es andar correctamente.
Solo el hombre con un pensamiento superior es capaz de lidiar y sortear los tabúes, entender que los sistemas religiosos son dinámicos y evolutivos, si no de qué va la cosa? No puedo creer que Olordumare tenga a la mujer en una escala inferior, cuando se le dio el don de la creación. En esta religión, la bendición de la madre es la primera y más grande de las bendiciones.
Cuba, a pesar de declararse una nación laica, subyace una religiosidad bastante marcada en su gente, expresada en mezcla de religiones y religiosidad, que no es lo mismo. Aquello que Fernando Ortiz dió en denominar transculturación, término con el que no estoy nada de acuerdo, que no se transculturó nada, Oshun es Oshun y la Caridad del Cobre es la Caridad del Cobre, nada que ver un òrìṣà con la expresión de la virgen María en nuestra patrona del Cobre.
La solución de aquellos negros de apropiarse de las festividades católicas para poder practicar el culto afro llevó a la mezcla de santos, òrìṣa, prácticas solapadas de culto. A este pueblo le ha tocado una gran cuota de máscaras y escondidas detrás de. Somos un pueblo de máscaras y nos viene de hace mucho los silencios y el andar fingido.
Mi voz no es una voz autorizada. Yo solo cuento mi historia. En la víspera del día de la Virgen de la Caridad del Cobre en el santoral católico, ustedes celebren lo que les dé la gana, si total, según la filósofa de raperas: tú vas a cambiar el mundo.
Hasta el día del sexo oral se celebra hoy, por la unión de día y mes 6 y 9, nombre que se le da a la práctica sexual: 69. Por lo pronto preparo el bañito con miel, voy al mar con mi toples amarillo, que deja ver cachos de tetas. Converso con Oshun, pa que me mantenga activá la satería, very importan. Mis deidades no tienen día. Las molesto poco, converso, medio, suplico, les descargo y alguna que otra vez me empengo y friego con detergente a los èṣù porque no soporto la cochiná. He aprendido que esta religión va de vida, de armonía, y que todo beneficio requiere un sacrificio, y no hay ọdún que no lo declare.

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